09 Jul ¿Dónde estamos parados?
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¿Dónde estamos parados?
Cuando en reuniones dicen que está muy difícil “la situación”, ¿cuál?, la que sea, cultural, social, política, moral, familiar, en fin, la que sea, reafirmo mi teoría de que esas “difíciles situaciones” nosotros las ocasionamos, al menos no hicimos nada para frenar la modernidad, y al decir “nosotros” hablo de todos los que tenemos más de cincuenta años, a continuación, me explico.
Durante los años setenta se rompieron muchos moldes, se modificaron costumbres, los que empezaban a ser padres no querían ser tan enérgicos como habían sido con ellos. A partir de los años ochenta todo fue más relajado, en la familia, en las escuelas, en cuestiones sociales, religiosas y políticas. En esta época empezaron a llegar a nuestras casas, por medio de la televisión y las películas, situaciones más atrevidas, lo moralmente no aceptado ahora gracias al amor y la modernidad ya no era tan malo o prohibido. Después de los noventa ni se diga, viene la tolerancia, el empoderamiento de la mujer, los derechos humanos más actuantes que nunca. Dentro de todo lo que les comento incluyan que en las escuelas de todos los niveles quitaron civismo, filosofía, ética y otras materias similares. Los padres de familia ya no vieron importante la educación religiosa, con que estén bautizados y hagan la primera comunión, se cumplió.
Todos estos cambios y relajamiento en nuestros hogares y nuestras escuelas fueron influyendo en otros campos, como el laboral y el político. Fueron cambiando nuestros valores, conceptos y lealtades. En el campo político cada vez se fue haciendo más notorio, no es algo que empezó a suceder en los últimos ocho años, esto empezó desde 1989, pero, como era cuestión política la mayoría de la gente común y corriente pues nos pasó de noche. El sistema político del momento pudo lidiar con toda esta situación. Con la muerte de Luis Donaldo Colosio, viene otro descalabro, con el triunfo de Vicente Fox otro mucho más fuerte y así poco a poco hasta ver lo que vemos en los noticieros cada día, parece que todos los políticos andan en lianas, pasando de un partido a otro o sintiéndose la última coca cola del desierto y determinar que serán independientes, o qué formarán asociaciones, frentes o cosas similares. Y de nuevo los simple mortales nos quedamos, en la mayoría de los casos, con la mitad de la información.
El triunfo de Vicente Fox fue por el hartazgo de los ciudadanos que pedían transparencia, democracia real, políticos no corruptos y sacar del gobierno a los de siempre, aunque en poco tiempo regresan. Y López Obrador gana por lo mismo que Vicente Fox. Tomemos en cuenta, en todos los casos, la gente votaba sin importar lo que hay detrás de cada personaje, lo que hay en realidad. Aquí veamos un poco el relajamiento que mencioné anteriormente. Parecería que votábamos por lo menos peor.
Vicente Fox siempre se pronunció como un ferviente católico, pero se casó con su actual esposa sólo por el civil porque eran divorciados, situación no aceptada por la Iglesia Católica, pero todos lo vimos bien, mientras ellos fueran felices a nosotros qué. Años después se llevó a cabo su matrimonio religioso, pero, logró retar, por decirlo de alguna forma, a la sociedad mexicana y al Vaticano.
Como católicos no levantamos la voz, o al menos, no con fuerza. Dejamos que pasara, y después en varios gobiernos estatales se vio como algunos funcionarios importantes y emanados de un partido conservador y ultra derecha, hacían cambio de señora. Seguimos callados, alabando al amor y participando en muchos de estos acontecimientos. Después viene una gran campaña de muchos años de López Obrador, y ciudadanos y políticos se fueron uniendo a su causa, la que fuera, con tal de que los de antes, los otros, se fueran. Cómo católicos nos dio igual que apoyara al aborto y los movimientos LGTB+, nuestra mediocridad no dijo que no pasaría a mayores.
Dejemos de votar por lo menos peor, revisemos las opciones REALES que tiene cada aspirante y después cada candidato. El dossier VOTO CATOLICO de Luis Hernández (http://votocatolico.mx/voto2024/) hace una radiografía puntual de cada uno los aspirantes, que deberíamos revisar antes de decidir hacer promoción por la persona que decidamos. No solo revisar sus promesas de campaña política, sus capacidades técnicas, sino su consciencia moral, que como católicos no nos veamos sorprendidos después. Considero que debemos ser congruentes con nuestros valores y nuestra Fe, no ser católicos de mentiritas.
Si aún después de toda la información recabada, decidimos votar por la opción menos peor, aunque se ataquen nuestros valores, convicciones y nuestra Fé, entonces la vida y la historia no nos enseñaron nada. Será señal que nunca vimos donde estábamos parados y dejamos que el relajamiento de valores y la falsa tolerancia se instalara en nuestros hogares y en nuestra sociedad.
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Ana Lidia Moreno Ríos
Licenciada en Letras. Asesora financiera, inmobiliaria y de seguridad patrimonial. Directora de TS Bienes Raíces. Miembro de ASAIS y MULIV. Agente de RGA Promotoría. Colaboradora de Semanario Primera Plana en materia inmobiliaria, Ex Presidenta de AMPI Hermosillo (creadora del Foro Inmobiliario) y miembro del Consejo Técnico de Consejo INCIDE, A.C.
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