Hace algunos años mi mamá estaba internada por un problema de salud, era complicada su situación en ese momento y se preguntaba por qué Dios no la llevaba con él. Mi “gran sabiduría” sólo alcanzó para decirle “por algo mamá”. Ella, digamos, mejoró. A los años mi papá entra en una espiral de complicaciones y un día que hacían crisis esas complicaciones le recordé ese momento en el hospital, y le dije: “mamá, por esto Dios te tiene aquí”.

Este 14 de mayo ellos cumplen 60 años de casados, ya se, ¡son muchos! A pesar de los pesares, de las oposiciones familiares y de tantas complicaciones con las que se toparon. Cada quien dirá que sus padres fueron los mejores, yo también lo diré, los míos son los mejores. Con sus aciertos y quizás con muchos de sus errores, no los cambio. Se podrán ver situaciones, actitudes o desaciertos que en otras familias no se ven, aun así, me quedo con mi familia.

Miles de recuerdos, de todos colores, que nos ayudaron a hacer esta familia que hoy formamos. Gracias a Dios ellos aún con nosotros, aunque ya cediendo un poco la estafeta de las decisiones, sólo un poco, no ha sido fácil para a mis hermanos y para mí, porque tenemos como padres dos seres humanos fuertes y con ganas de servir por más tiempo a su familia. Pero igual que con nuestros abuelos llegaron las enfermedades, la edad y falta de movilidad para ellos y cambiaron las cosas.

En mi familia somos variaditos, hay de todo: simpáticos, trabajadores, enfadosos, bailadores, acoples, antipáticos, comelones, enojones, guapos, feos, en fin, de todo. Por ser variaditos pues no coincidimos en nuestras ideas y en nuestro actuar, hay temas espinosos como la política, la religión (aunque somos Católicos), las nuevas ideas milenials y centenials, entre otros temas, pero, siempre respetando la postura de cada uno. Debo reconocer que mis padres han sido muy firmes en cuestión de valores humanos y religiosos, aunque entienden las novedades que surgen.

Es tiempo de agradecer, por tanto: a Dios, por permitirnos llegar a este momento, a nuestros abuelos por darnos el regalo de nuestros padres, a las familias de mis cuñados por traerlos al mundo y se pudieran casar con mis hermanos, de igual manera a las familias políticas de mis sobrinos. También agradecer por los que han estado a nuestro lado bajo cualquier circunstancia y en muchas ocasiones sin la necesidad de pedir ayuda. A los amigos de mis padres, los de toda la vida, a ellos que les llamamos tíos con mucho cariño. A los amigos que fueron entrando en nuestro camino y se quedaron para siempre. A nuestros amigos personales que se volvieron parte de la familia, parte de nuestro inventario.

Cuando era una peque, pasaba mucho tiempo en casa de Mamanina, mi abuela materna, a donde ella iba, pues también iba el pegoste. Ella y sus hermanas eran una piña, como se dice por ahí, le dolía una uña a una y ahí estaban todas. A mí me llamaba mucho la atención eso, y pensaba “qué simples, no pasó nada”. Eso era en las buenas y en las malas, y no era que estuvieran siempre todas de acuerdo o que pensaran igual, ¡nooo!, pero ahí estaban para apoyarse. Y eso lo heredamos, aunque somos mucho más prácticos y las redes sociales nos hicieron un poco más flojos, estamos cuando tenemos que estar, sin pretextos, sin falsa prudencia. Porque somos una familia y valoramos serlo.

Gracias a Ana y Memo, mis padres, por siempre estar, por aguantar enfermedades, dolores, decepciones, errores suyos y nuestros, por los buenos momentos y por los malos, por todo lo que nos dieron y por lo que nos faltó también. Gracias por esa imagen diaria de verlos dormir agarrados de la mano. Su diamante en bruto se convirtió en un hermoso diamante pulido. ¡Felices bodas de diamante!

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Ana Lidia Moreno Ríos

Licenciada en Letras. Asesora financiera, inmobiliaria y de seguridad patrimonial. Directora de TS Bienes Raíces. Miembro de ASAIS y MULIV. Agente de RGA Promotoría. Colaboradora de Semanario Primera Plana en materia inmobiliaria, Ex Presidenta de AMPI Hermosillo (creadora del Foro Inmobiliario)  y miembro del Consejo Técnico de Consejo INCIDE, A.C.

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