01 Abr NAYIB BUKELE Y EL RÉGIMEN DE EXCEPCIÓN

Estudié mi maestría en la Universidad Iberoamericana de 1991 a 1993. Como compañero tuve a un Salvadoreño (de quién omitiré el nombre), nos contaba las penurias, tragedias que su pueblo vivía; ver como asesinaban cobardemente a vecinos y amigos en vía pública, durante la etapa de guerrilla, debe de haber tenido, al igual que yo, unos 23 años en ese entonces.

Lo vi llorar de emoción cuando el jueves 16 de enero de 1992 se firman los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que pusieron fin a doce años de Guerra Civil; pensaba y recordaba las guerrillas de Nicaragua, Panamá y otras en esas épocas, que me hacía ver lo afortunados éramos de vivir en México…. En dos años después, con el levantamiento zapatista y el asesinato de Colosio, todo eso quedó atrás. México fue otro, pero será en otra ocasión que narremos eso.

Después de la firma del tratado de paz, el fenómeno Mara Salvatrucha, nacido en Los Ángeles, CA, años atrás, que según, su nombre hace alusión de Marabunta, El Salvador y estar Alerta (ponte trucha) mismo que nació por el hostigamiento que sufrían por bandas mexicanas y afroamericanos  y que al final de la guerrilla, sumado a los deportados de Estados Unidos, encuentra tierra fértil entre los miles de hijos que crecieron en ambiente de violencia y desolación, arraigándose en muchos países latinos, principalmente en El Salvador.

Como paréntesis comento que lo anterior, es un fenómeno similar, guardando las proporciones, que se vive actualmente en Chiapas, con los hijos del movimiento zapatista, bandas delictivas apodadas “Los Motonetos” ya que sus crímenes los cometen como enjambre de abejas en motocicletas, poniendo en jaque constantemente al gobierno local.

Las Maras, que se fortalecieron tanto que tuvieron el poder de controlar un territorio casi como un estado de gobierno paralelo, manejaban a su antojo el narcotráfico, la trata de personas, los asesinatos, la extorsión, violaban, usurpaban negocios y viviendas y establecieron límites territoriales, entre otros muchos delitos. Se identifican con tatuajes de manera singular y hacer ritos de iniciación cruentos que llevó a elevar los asesinatos en ese país, según cifras de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el país había alcanzado un récord criminal con una tasa de 105 homicidios por cada 100,000 habitantes, convirtiéndose en el país más violento del mundo.

El Salvador cumplió hace unos días un año desde que se implementó el régimen de excepción, una política que lanzó el presidente NAYIB BUKELE con aprobación de la Asamblea Legislativa, política suspende derechos y garantías contempladas en la Constitución, ha recibido aplausos entre algunos sectores de la población. También ha logrado más de 65,000 personas detenidas, por lo que construyó una cárcel con capacidad para 40,000 presos, la más grande y segura de América Latina.

Ahora con 327 días acumulados sin asesinatos desde que asumió el poder, Bukele se encuentra en medio de críticas de organismos de derechos humanos de dentro y fuera del país, así como de familiares de los detenidos, pero acusa a quienes critican su estrategia de seguridad de defender los derechos de los delincuentes por sobre los de la población y ratifica que el régimen de excepción seguirá vigente hasta detener a todos los pandilleros.

Un tema por demás polémico, pero en la conferencia “Jaque Mate al Crimen Organizado” que me tocó asistir del escritor Rubén Aguilar, hace escasa una semana aquí en Hermosillo, le pregunté públicamente su opinión, y aseguró que aunque, en teoría no está de acuerdo en los métodos utilizados, no puede dejar de reconocer el logro de Bukele, de eliminar a CERO los muertos por violencia en un año. Él vivió en El Salvador y conoce la zozobra de la inseguridad que se vivía.

Y si, queda claro, que cuando no vivimos en carne propia este tipo de padecimientos sociales, en donde no existe otra manera de mitigar el alto impacto delictivo, es fácil hacer la crítica hacia las acciones tomadas por el presidente salvadoreño, pero que la gran mayoría de su población aplaude.

Estoy convencido que hace lo correcto ¿tú qué opinas?

https://www.calameo.com/books/007298978b6808da02fd5

Guillermo Moreno Ríos, Ingeniero civil, master en administración y en protección civil, académico universitario, empresario, comunicador, editor, especialista en seguros, gestión y transferencia financiera de riesgos, coordinador de la RED Profesional por los Derechos Humanos y fundador de Consejo INCIDE, A.C.

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