NECESARIO ACABAR CON LA PLAGA DE BLOQUEOS EN MÉXICO - INCIDE
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22 Abr NECESARIO ACABAR CON LA PLAGA DE BLOQUEOS EN MÉXICO

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POR: ARQ. CARLOS MARTIN QUINTERO ORCI

El artículo 11 constitucional reconoce el derecho al libre tránsito en el país, cosa que no cumplen las casetas de cobro en las principales carreteras. Al viajero, quiera o no quiera, le cierran el paso, y si no paga, no pasa. Así de simple. Se podría justificar si se instalan para pagar las deudas contraídas debido a su construcción. Pero una vez saldadas, las casetas deben desaparecer.

Además de las casetas, desde hace ya muchos años se ha vuelto costumbre que grupos de personas bloqueen una vialidad por alguna causa, justificada o no. Al principio, los noticieros mostraban que esto ocurría en el D.F., pero eventualmente el mal ejemplo cundió en todo el país. Según recuerdo, los bloqueos en Sonora comenzaron a darse en forma regular a partir de la segunda mitad de los 80’s. El problema es que, mientras en otros países, si los que bloquean no hacen caso de razones, entonces interviene la fuerza pública. Algunos dicen que la gente tiene derecho a expresarse. Y sí, lo tienen, pero no a bloquear una vía de comunicación, afectando el derecho al libre tránsito de los automovilistas, que no tienen la culpa de aquello por lo que se está protestando.

En México, en cambio, las autoridades, por miedo de las implicaciones políticas y electorales, o por miedo de ser acusadas de “represoras”, rara vez hacen algo para disolver los bloqueos (lo que no es “represión”, sino la justa aplicación de la ley). Y un país donde no se cumple la ley, termina cayendo en la anarquía. Por ello, culpables de la actual plaga de bloqueos, antes que las personas que los realizan, son las autoridades que los toleran, porque al no hacer nada para evitarlos, hacen que grupos, organizados o espontáneos, se vayan envalentonando cada vez más. Si en un principio los bloqueos eran por causas de cierta relevancia, hoy en día son por cualquier cosa, y por el tiempo que se les antoje, ya que la autoridad se queda de brazos cruzados con pretextos ridículos (“no somos represores”, “no vamos a caer en provocaciones”, etc.). Algunos manifestantes, de manera cobarde, utilizan a mujeres y niños como escudos humanos. ¿Y si aparece un automovilista borracho o al que le fallan los frenos?

Un ejemplo de bloqueo por causas bobas fue cuando en una ocasión se promovió un espectáculo familiar en el CUM, y mucha gente compró boletos. Cuando se presentaron al lugar, se dieron cuenta de que todo había sido una estafa. ¿Qué hicieron? Bloquear la calle (pésimo ejemplo que dieron a sus hijos). ¿Porqué?¿Para qué?¿Y qué culpa tenían los automovilistas? Todo esto frente a las instalaciones de la Comandancia Norte de la policía. En otra ocasión, un manifestante bloqueó el lado sur del Boulevard Hidalgo, junto al Ayuntamiento. La policía no arrestó a la persona, sino que, como en todos los bloqueos, se dedicó a desviar el tráfico. Tan sólo por un individuo.

A veces da la impresión de que la labor de la policía no es restablecer el orden sino proteger los bloqueos, ¡no vaya a ser que a algún automovilista se le ocurra tratar de hacer valer su derecho al libre tránsito! Como le pasó a uno que trató de pasar a fuerzas, y los oficiales, en vez de arrestar a los manifestantes por impedirle el paso, al que arrestaron fue al automovilista. Ese es el problema cuando la ley está al servicio de la política antes que de los ciudadanos. Hasta chamacos de secundaria han bloqueado calles, y la policía, en vez de retirarlos y darles una buena regañada, simplemente los dejan hacer.

A veces los bloqueos traen consecuencias, como el de Ciudad Obregón, en donde les exigen dinero a los automovilistas, y se han dado agresiones -en una ocasión con arma de fuego- contra los que no se dejan. Estos asaltos ocurren frente a las autoridades. En Oaxaca, hace unos años, los bloqueos del SNTE causaron dos muertes (un hombre de 26 años herido con arma blanca y un niño de 12 años que había sufrido ataque epiléptico y trauma cardiaco), cuando impidieron el paso de las ambulancias que los trasladaban. En el bloqueo de todos los carriles hace unos días en el periférico de la Ciudad de México, las autoridades no les ordenaron, ni exigieron, sino que les pidieron que se quitaran de ahí, y todavía hasta les agradecieron cuando liberaron tan sólo un carril en cada sentido. Un bloqueo que duró 17 horas, y la autoridad poniéndose voluntariamente por debajo de quienes estaban violando la ley. Y está también la agresión que sufrió una mujer en esa misma ciudad, cuando un pequeño grupo de cuatro mujeres (las del llamado “bloque negro”), apostadas en una calle, exigía dinero a los automovilistas para dejarlos pasar. Si el video del ataque no hubiera salido a la luz pública poniendo en evidencia la impunidad en nuestro país (aunque hay alguien por ahí que dice que ya se acabó) seguramente aún estarían haciéndolo.

Hasta hay quienes se atreven a anunciar previamente cuándo van a realizar un bloqueo, porque saben que nadie se los va a impedir. A tal grado llega la impunidad. Por ello es hora ya de restablecer el orden.

Carlos Martín Quintero Orcí

arqcquintero@yahoo.com

Puntos curriculares:

*Arquitecto con experiencia en todo tipo de proyectos.

*Colaborador de INCIDE desde el 2001.

*Historiador aficionado de la ciudad de Hermosillo.

*Escritor en diferentes medios acerca de diferentes temas.

*Fotógrafo del paisaje y de la construcción.

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