MARTES NEGRO: SE NOS AVECINA NUEVA MODALIDAD DE CRIMEN ORGANIZADO - INCIDE
22897
post-template-default,single,single-post,postid-22897,single-format-standard,vcwb,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,side_area_uncovered_from_content,qode-theme-ver-8.0,wpb-js-composer js-comp-ver-5.0.1,vc_responsive

22 Sep MARTES NEGRO: SE NOS AVECINA NUEVA MODALIDAD DE CRIMEN ORGANIZADO

Otras Publicaciones de la Semana:

POR: ARQ. CARLOS MARTIN QUINTERO ORCI

Antes que nada ¿qué es crimen organizado? Es toda organización compuesta por un grupo de personas con determinadas jerarquías, roles y funciones, cuyo principal objetivo es la obtención de beneficios materiales o económicos mediante actividad criminal. En esta definición cae la diabólica industria del aborto, que no por despenalizado deja de ser crimen.

El pasado martes 7 de septiembre, la SCJN, esto es, la Suprema (¿o “Supuesta”?) Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de los 10 ministros presentes, invalidó el artículo 196 del Código Penal de Coahuila, que prevé hasta tres años de cárcel a las mujeres que se practican abortos de manera intencional. Esto sienta un precedente que abre la puerta a la legalización del aborto en todo el país, haciendo posible que se deroguen leyes estatales en defensa de la vida del no nacido.

No es la primer barrabasada de esta corte, ya que recientemente también ha determinado que es legal insultar a la autoridad, el reconocimiento a los mal llamados “matrimonios” homosexuales (y hasta permitirles adoptar), y permitir el uso recreativo de la marihuana. Tras lo de Coahuila, el día 9, la misma corte tumbó también el derecho a la vida de la Constitución de Sinaloa. Ante todas estas medidas que parecen orientadas a la disolución de la sociedad mexicana, cabe preguntarse ¿qué hay detrás de estas decisiones?¿Realmente creen los ministros en ellas?¿Los “convencieron” de algún modo o fueron obligados?

Según el ministro Luis María Aguilar Morales, quien realizó y presentó el proyecto para invalidar el artículo 196, su propuesta no trata de defender el derecho al aborto sino el derecho de la mujer a decidir libremente sobre su vida (ajá, así le pondremos). El problema es que ella no está decidiendo sobre su vida, sino la de su hijo.

La ministro Ana Margarita Ríos Farjat dijo que “a la luz de la Constitución, que no prohíbe el aborto, ¿puede el Estado castigarlo?” Vaya infantil argumento. ¿Entonces hay que despenalizar también los asaltos bancarios y el narcotráfico porque la Constitución no los prohíbe? En la Constitución no hay ningún artículo que prohíba estos u otra clase de crímenes en particular, ya que esa no es su función, sino la de sentar las bases generales para la convivencia social, y para la creación a posteriori de leyes y reglamentos más concretos que definan, ahora sí específicamente, lo que está o no prohibido. También tiene como función poner límites al poder público. Esto debe saberlo muy bien la ministra.

Ríos Farjat pretende equiparar el aborto a una serie de derechos humanos: la dignidad, la autonomía, el libre desarrollo de la personalidad, la igualdad jurídica, la salud y la libertad reproductiva, lo que podría ser válido, si no fuera porque para ello se está hablando de eliminar una vida humana. Es una argumentación que pone arbitrariamente los derechos de la madre sobre los del hijo -lo que es discriminatorio- y también un abuso de poder de la SCJN, y estas dos cuestiones sí que son anticonstitucionales.

En cuanto al “desgarrador” argumento de que se criminaliza a la mujer que aborta, pues es que debe manejarse como cualquier otro tipo de asesinato: han de juzgarse los motivos, porque, por ejemplo, no es lo mismo matar por odio que en legítima defensa. En el caso que nos ocupa, no es lo mismo hacerlo por razones egoístas que hacerlo porque la madre fue obligada en contra de su voluntad por otra persona. Por cierto, de acuerdo al Registro Nacional Penitenciario, de todas las personas presas por aborto el año pasado, solo cinco eran mujeres, y no por ser ellas quienes abortaron, sino por practicarle aborto a otras mujeres que como consecuencia fallecieron. ¿Acaso en la SCJN no lo sabían?

No es ningún secreto que, además de la venta de anticonceptivos (a pesar de su ilicitud moral y de que algunos de ellos, como la píldora del día siguiente y el DIU, son en realidad abortivos), la práctica del aborto es otro gran negocio. Los pro-aborto, obviamente, se niegan a reconocer al no nacido como un ser humano. Se niegan a reconocer el hecho científico de que una vida nueva empieza desde el momento de la fecundación, y así, lo que lleva la mujer dentro de su vientre es otra vida, no parte de su cuerpo. Pero al no poder refutar este hecho, y con tal de no dar su brazo a torcer, los abortistas, a lo largo de los años, se la llevan repitiendo: “la mujer puede hacer lo que quiera con su cuerpo”, o bien, distorsionan lo que la ciencia dice. Tampoco puede faltar la manipulación del lenguaje, definiendo al movimiento provida como “antiaborto”, “antichoice” o “ultraderechistas”, para aparentar que es algo malo. Y como necesitan un “villano” bien definido a quien poder acusar de estar detrás del movimiento provida, apuntan contra la Iglesia Católica, aunque en realidad no se necesite ser católico, ni siquiera creyente, para defender la vida humana.

Y a todo esto, ante la decisión de la corte, ¿qué dijo el presidente de México? Nada. No quiso opinar. Se lavó las manos.

Carlos Martín Quintero Orcí

arqcquintero@yahoo.com

Puntos curriculares:

*Arquitecto con experiencia en todo tipo de proyectos.

*Colaborador de INCIDE desde el 2001.

*Historiador aficionado de la ciudad de Hermosillo.

*Escritor en diferentes medios acerca de diferentes temas.

*Fotógrafo del paisaje y de la construcción.

Se permite el uso, distribución y difusión del contenido publicado en  http://consejoincide.org/  toda vez que se cite la fuente, al autor, se vincule al artículo en nuestro sitio web y se mantenga la intención del contenido.

Su contenido es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente el punto de vista de manera general de Consejo INCIDE, A.C. / Revista INCIDE, pero con la libertad de expresar y compartir de manera individual sus opiniones y dando nuestra plataforma la oportunidad de dar a conocerlas.