01 Ago Corrupción, Ignorancia y Estupidez como fuente Generadora de Desastres
La protección civil y la gestión del riesgo son esenciales para salvaguardar la seguridad y el bienestar de la sociedad frente a desastres y emergencias. Sin embargo, ciertos factores como la corrupción, la ignorancia y la estupidez pueden poner en peligro la eficacia de estas medidas.
Debemos hacer entender a los especialistas y a las autoridades que existen diferentes tipos de fenómenos perturbadores, tanto naturales como antrópicos, que pueden dar lugar a desastres. Desde tormentas de arena, pandemias, tormentas torrenciales, olas de calor o atentados en un bar que culmine en incendio; todos están sujetos a la vulnerabilidad y a las capacidades de mitigar, asumir o eliminar el riesgo y no se convierta en desastre.
La prevención, la planeación, la comunicación y la preparación son elementos fundamentales en la gestión del riesgo, pero a menudo se desvalorizan en favor sólo de la atención de emergencias, lo que refleja una falta de comprensión y enfoque erróneo por parte la sociedad, los medios de comunicación y que decir de la misma autoridad que sigue pensando (aclarando que las presentes administraciones no tienen el monopolio) que son cargos que cualquiera tiene capacidad para ocupar, regularmente como favores políticos.
La corrupción juega un papel significativo en la gestión del riesgo. Cuando los intereses económicos y políticos prevalecen sobre la seguridad de la población, las decisiones objetivas y fundamentadas quedan comprometidas. La corrupción puede llevar a la aceptación de proyectos inseguros. El aceptar un cargo sin estar preparado o a la falta de aplicación de regulaciones adecuadas por parte del sujeto obligado, debilitan la capacidad de respuesta ante desastres.
La ignorancia también afecta la prevención de riesgos. La falta de conocimiento sobre amenazas naturales, sociales o tecnológicas y la ausencia de conciencia sobre medidas preventivas dejan a la población vulnerable ante emergencias. La educación y la divulgación de información son fundamentales para elevar la conciencia sobre los riesgos y promover una cultura de prevención y ética, en la sociedad. Es decir no se percibe el riesgo.
Una persona estúpida es aquella que causa daño a otra persona o grupo sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí e incluso causándose un perjuicio. No se considera como una cuestión de cociente intelectual, sino más bien de falta de inteligencia relacional, como el omitir la responsabilidad obligada creyendo que al evadirla obtiene un logro personal.
La estupidez en el ejercicio público de la protección civil se manifiesta en la toma de decisiones irresponsables, carentes de fundamentos técnicos, la falta de planificación adecuada y la negación de la realidad también son resultados de la estupidez en la gestión del riesgo, lo que puede conducir a la subestimación de las amenazas y la falta de preparación ante desastres.
Me hace recordar a quien creyendo en la plenipontecialidad de su cargo municipal, quiso eliminar el diagnóstico de riesgo del trámite licencia de construcción municipal a nivel estatal, osando proponer la modificación de la Ley de Protección Civil en el congreso del Estado, iniciativa que afortunadamente fue nulificada por sociedad civil, algunos funcionarios y legisladores que se opusieron ya entienden que un día ganado en un trámite, no vale una vida.
Todos los desastres, los cuales se miden en pérdidas humanas y/o económicas, tendrán un alto componente de estos tres elementos, unos más y otros menos, pero siempre estarán ahí, y los tres son causales de aplicación de la ley hasta sus últimas consecuencias.
No me queda duda que si los funcionarios de protección civil en el país lo entendieran, unos optarían por el crecimiento profesional y se prepararían, pero también se corre el riesgo de ocasionar una renuncia masiva de muchos de los casos, ante el entendimiento de los niveles de responsabilidad, civil, penal y moral que tienen y que ni siquiera lo saben.
En conclusión, la corrupción, la ignorancia y la estupidez son obstáculos que debemos superar para garantizar un futuro más seguro y resiliente. La transparencia, la educación y la ética son fundamentales para enfrentar estos desafíos, proteger la vida, los bienes y el entorno, en ese estricto orden, como lo enuncia el postulado básico de la protección civil.
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Guillermo Moreno Ríos, Ingeniero civil, master en administración y en protección civil, académico universitario, empresario, comunicador, editor, especialista en seguros, gestión y transferencia financiera de riesgos, coordinador de la RED Profesional por los Derechos Humanos y fundador de Consejo INCIDE, A.C.
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