GRACIANO LANDEROS NIÑO - INCIDE
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22 Oct GRACIANO LANDEROS NIÑO

  Segunda de dos partes

  

  

Don Graciano Landeros

Don Graciano Landeros llegó a ser muy amigo del famoso trío “Los Tariácuris”, formado en 1931 por los hermanos Jerónimo, Juan y Norberto Mendoza (una hermana de ellos, Amalia, llegaría también con los años a ser famosa como cantante), y que si bien no fue el primer trío de voces masculinas en México, sí el primero que se consolidó como tal, acompañándose de sus guitarras e interpretando canciones mexicanas.

   En 1941, cuando Landeros todavía vivía en el Distrito Federal, uno de los tariácuri –Jerónimo, quien era la primera voz- murió en un accidente automovilístico, y Juan, quien era segunda voz, pasó a ocupar su lugar, e integrarían al trío al hermano menor, Eligio, de apenas 14 años de edad. Mientras tanto, como Graciano era muy amigo de ellos, les ayudó en algunas presentaciones subiendo al escenario para que se acabalaran, haciendo como que tocaba la guitarra y como que cantaba. Años más tarde, ya viviendo en Hermosillo, cuando venían los Tariácuri a presentarse en nuestra ciudad, los recibía en su casa, a donde llegaban a comer y a pernoctar durante 2 o 3 días. Los llevaba mucho a Bahía Kino y a San Carlos a pescar. Juan, sobre todo, venía mucho a Hermosillo.

   En fin, le fue tan bien aquí a Don Graciano en su negocio que cambió su taller de la calle Sonora a un terreno más grande (1,000.00 m2) por el rumbo de las calles Yañez y Michoacán. Llegó a tener entre 20 y 30 trabajadores. El local contaba con mesas de concreto pulido en donde hacían los moldes (así los trabajadores no tenían que trabajar en el piso), área donde colaban y pulían, una bodega grande y una pila grande de agua, para no tener que estar llenando los tambos. Contaba con máquinas para pulir pisos. Tenían muchos pedidos.    Hace algunos años apareció en la televisión una trivia, acerca de que si donde estaba la única escultura de la Caperucita Roja en todo el mundo, dando como respuesta la ciudad de Buenos Aires, lo cual es falso, ya que también existen por lo menos una en Barcelona, España, y otra aquí en Hermosillo, en la propiedad ubicada en la esquina de Boulevard Transversal y Rosales, donde originalmente hubo un kinder y que hoy es ocupado por Radio Universidad de Sonora. Para esta escultura, el arquitecto López Moctezuma, quien era el contratista, nuevamente contrató a Landeros. El modelo en yeso de la estatua fue realizado por el profesor Francisco Castillo Blanco, siendo Landeros quien con los moldes fabricó la escultura.

A la derecha, una de las bancas fabricada por Don Graciano (en el Jardín Juárez).

Cuando estaban haciendo el edificio del Banco de México, Landeros se encargó de la colocación de pisos. Y como en ese entonces nadie de los trabajadores locales hacía trabajos a más de cierta altura sobre el suelo, Landeros se encargó de poner la cantera blanca (hoy ya gris) de las fachadas. También fue el contratista que construyó en la plaza frente al acceso principal de la Universidad de Sonora (hoy Plaza Emiliana de Zubeldía), siendo dirigido por los arquitectos Gustavo Aguilar y Felipe Ortega, el hemiciclo donde se colocó el monumento a la madre, obra del escultor Ignacio Asúnsolo, siendo inaugurado el 10 de mayo de 1955, pero que en 1960 sería trasladado a la Parque de la Madre, de la colonia Olivares.

   Otros trabajos de Don Graciano fueron la colocación de pisos en las oficinas de Telégrafos de México (en Cananea), “fantasmas” para las carreteras (antes eran pequeños cilindros colados, hoy son de lámina metálica), y por supuesto, cómo pasarlo por alto, aquellas bancas de granito que se veían en algunos parques (Madero, 16 de Septiembre, Jardín Juárez) y en el camellón del Boulevard Hidalgo de nuestra ciudad, que duraron hasta los años 70’s u 80’s., y que por cierto, eran muy ergonómicas. Además, revolucionó el concepto de tumbas aquí en Hermosillo (antes las hacían –según el dinero que tuvieran- con azulejo, concreto, mosaico, mármol o cantera). Lo que hacía Landeros era primero un colado de concreto armado, luego lo cubría con pasta de cemento con mucha gravilla, y lo recubría con una capa de granito artificial hecho con cemento blanco.

   Con los años, Landeros enfermó y no pudo seguir trabajando. En un principio, sus hijos (uno de ellos –Guadalupe- llegaría a ser gerente de la Cámara de la Construcción, y por allá a principios de la década de los 80’s, sería fundador de la revista “cimientos”, como miembro del consejo editorial) siguieron con el negocio, pero finalmente tuvieron que venderlo para poder hacer frente a los gastos médicos de Don Graciano, quien finalmente fallecería en el año de 1961. El comprador del local eventualmente vendería la mitad, de manera que hoy el espacio lo ocupan dos negocios.

   Este fue Don Graciano Landeros Niño, el introductor y maestro del granito y piedra artificial en Hermosillo.

FUENTES DE INFORMACIÓN:

L.A.E. José Guadalupe Landeros Montes de Oca.

Arq. Gustavo Aguilar Beltrán (+)

Artículo “Estatuas, Monumentos, Bustos, Esculturas y Altorrelieves en Hermosillo”, por ing. Ignacio Lagarda Lagarda.

Sitio de internet “nuestrostrios.blogspot.com” (El Trío Tariácuri, Primer Trío Mexicano).

FOTOGRAFÍAS:

Cortesía de José Guadalupe Landeros Montes de Oca.

Colección particular del arq. Carlos Martín Quintero Orcí.

Página de Facebook “Daniel Marín”.

  

Carlos Martín Quintero Orcí

Puntos curriculares:

*Arquitecto con experiencia en todo tipo de proyectos.

*Colaborador de INCIDE desde el 2001.

*Historiador aficionado de la ciudad de Hermosillo.

*Escritor en diferentes medios acerca de diferentes temas.

*Fotógrafo del paisaje y de la construcción.

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