LOS RETOS DE LA VALUACION ANTE EL AVANCE TECNOLOGICO - INCIDE
20935
post-template-default,single,single-post,postid-20935,single-format-standard,vcwb,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,side_area_uncovered_from_content,qode-theme-ver-8.0,wpb-js-composer js-comp-ver-5.0.1,vc_responsive

14 Oct LOS RETOS DE LA VALUACION ANTE EL AVANCE TECNOLOGICO

El 6 de septiembre de 2019 tuve el honor de ser invitado a presentar una conferencia en la ciudad de Bucarest, Rumania, dentro del marco del congreso anual de la Asociación Nacional de Valuadores de Rumania, ANEVAR The National Association of Authorized Romanian Valuers por sus siglas en inglés, el tema central del evento fue ¨Los Retos de la Valuacion ante los avances tecnológicos¨ El tema por analizar fue si la valuación continúa siendo una técnica como lo fue en sus inicios, o si por su profesionalización y especialización y profesionalización comienza a pisar los umbrales de la ciencia, para saber si se la llama desaparecer o tiene la capacidad de adaptarse a las nuevas realidades que estamos viviendo.

En aquel momento mencione el por qué es importante saber si la valuación continúa siendo una técnica o debería considerarse ya una ciencia. La valuación no es tan simple como una mera técnica, en mi opinión solo no desaparecerá, sino que aprovechará la fuerza del avance tecnológico en beneficio de los usuarios de nuestros servicios.

Después de tener la oportunidad de participar en el mencionado evento y de haber escuchado las conferencias de varios de los lideres mas importantes de la valuación a nivel mundial, al finalizar la jornada, camino al hotel fue inevitable el reflexionar aun mas sobre el tema, siendo algunas de esas reflexiones las que hoy a través de estas líneas me permito compartir.

Las profesiones se han adaptado a las necesidades que viene señalando el mercado. En la medida en que el comercio se ha especializado, la valuación no se ha quedado atrás y se ha ido transformando con el tiempo en una ciencia, con principios, metodología y lenguaje propios. Esta adaptación nos hace tener una primera conclusión de que no hay razón para pensar que hoy la valuación no se adaptará a los nuevos caminos que traza la industria 4.0 hacia nuestra civilización. Nuestra ciencia está ahí, las herramientas tecnológicas también.

Ahora debemos ver el papel que jugará el valuador en este nuevo mundo, en esta nueva normalidad, en donde la llegada del COVID-19 trajo consigo el que el avance tecnológico romperá cualquier barrera que pudiera haber tenido para avanzar a pasos nunca vistos.

Hablemos del “enemigo” al que se enfrenta hoy, de la misma forma que tienen que hacerlo todas las profesiones que existen, es decir, la Industria 4.0.

La Industria 4.0, también conocida como la Cuarta Revolución Industrial es la cuarta etapa en la evolución técnico-económica que ha tenido la humanidad a lo largo de la historia.

Los estudiosos del tema coinciden en que esta transformación dio inicio a principios de este siglo XXI y ha alcanzado su punto máximo en la presente década; es decir, a partir de 2010.

Y tan solo en este 2020 su punto máximo se potencializó, su crecimiento y avance ha sido a niveles exponenciales sin precedentes.

El elemento principal que le caracteriza y la que la define es la inteligencia artificial, la cual se encuentra íntimamente relacionada con la acumulación creciente de grandes cantidades de datos (big data), el uso de algoritmos para procesarlos y la interconexión masiva de sistemas y dispositivos digitales. Hasta hace pocos años era común escuchar que la “información es poder”. Hoy, el acceso a la información se ha democratizado y existen en todas partes grandes bases de datos, hoy el poder es saber utilizar adecuadamente el exceso de información con la que se cuenta.

La valuación no es ajena a este cambio de paradigma y afecta totalmente nuestra actividad como valuadores.

Tendremos que ver si nuestra profesión puede adaptarse a este cambio, utilizar las nuevas herramientas a nuestra disposición o, como muchas otras profesiones, acabará desapareciendo.

¿CUÁL ES EL FUTURO DE LA VALUACIÓN EN MÉXICO?

Andrés Oppenheimer en su libro ¡Sálvese quien pueda! Habla de la situación de diversas profesiones ante este entorno cambiante y el futuro que presumiblemente les espera.

El autor habla de un estudio de la Universidad de Oxford en el cual se pronostica que el 47% de los empleos existentes el día de hoy, corren el riesgo de ser reemplazados por robots y computadoras con inteligencia artificial en los Estados Unidos de América durante los próximos 15 o 20 años, lo cual es un lapso relativamente corto.

Este fenómeno de sustitución de unas profesiones por otras de reciente creación no es nuevo para nuestra civilización, pero nunca se había dado de manera tan acelerada. La tecnología ha venido destruyendo empleos desde la primera Revolución Industrial de fines del siglo XVIII, pero hasta ahora los seres humanos siempre habíamos logrado crear muchas más fuentes de trabajo que las que habían sido aniquiladas con las nuevas tecnologías. 

El gran reto que tenemos ahora es saber si en estos tiempos se podrán crear más oportunidades que las que se destruyen y en el caso particular de nosotros, saber si los valuadores sobreviremos a este Armagedón que muchos ven inminente.

Así, las noticias nos ofrecen un ejemplo tras otro de cómo el proceso de destrucción creativa de la tecnología está logrando crear nuevas empresas, pero a costa de terminar con otras que empleaban a mucha más gente.

En primer lugar, debemos recalcar el hecho de que la valuación existe de la mano del comercio. Es algo inherente al mismo que no puede desaparecer. Pensemos que el comercio existe en todos los tiempos. En cualquier comunidad primitiva o moderna, bajo cualquier tipo de cultura, siempre han existido comerciantes; es más, ha habido casos donde el Estado ha sucumbido y aun así hay un tráfico comercial. Este comercio requiere por elemental lógica, que considero no necesita explicación alguna, el conocer el valor de los bienes y servicios que se intercambian. La valuación siempre será necesaria en el comercio, y éste siempre estará presente en cualquier comunidad humana.

Siempre que haya humanidad habrá comercio, y siempre que haya comercio habrá valuación.

Una vez saltado el escollo de la permanencia de la valuación en este nuevo mundo, pasemos a lo que realmente nos importa. ¿Subsistirán los peritos valuadores?

En una conferencia a la que asistí hace algún tiempo, un funcionario del sector de la vivienda en México, decía que ante el advenimiento de la inteligencia artificial, la profesión de valuador tenía que desaparecer pues los nuevos sistemas informáticos fácilmente almacenaban ya grandes cantidades de información de comparables, y ahora la revolución tecnológica permitiría que la inteligencia artificial seleccionara los comparables pertinentes para obtener los valores homologados aplicables al sujeto a valuar, con mucha mayor precisión que la que podría brindar un valuador.  Esta afirmación temeraria, ¿será cierta?  Vamos a intentar encontrar una respuesta.

El afirmar que la valuación es una ciencia y no una técnica no es un tema bizantino ni mucho menos, ya que tiene una eminente implicación práctica. Al evolucionar nuestra profesión hacia su carácter científico, esto la dotó de lenguaje y metodologías propias, con principios universales que son aplicables a todo tipo de valuación.

Estos principios universales no son cajones y clasificaciones fríos que se apliquen a la valuación, pues si bien, la valuación tiene hoy en día un contenido objetivo muy importante, subsiste a una subjetividad que corresponde al criterio del valuador.

Recordemos que la valuación es una ciencia fáctica que requiere la observación y la experimentación.  Ahí encontramos la objetividad y la subjetividad con las que debe actuar el perito valuador.

La industria 4.0 y en general cualquier adelanto tecnológico no es ni bueno ni malo, sino un simple hecho, una realidad que no se puede soslayar.  No podemos actuar como los luditas del siglo XIX que destruían los telares industriales porque les quitaban su fuente de empleo. El valuador debe ser consciente de la nueva realidad y adaptarse a ella.

Del darwinismo aprendimos que el transformismo o adaptación de las especies es fundamental para su sobrevivencia, y los valuadores no son la excepción. En lugar de ver a la Industria 4.0 como una enemiga, debemos verla como lo que es, una herramienta para el mejor desarrollo de nuestra profesión.

Del estudio de Andrés Oppenheimer concluimos que las profesiones que desaparecerán son aquellas que desarrollan procesos fácilmente automatizables. Los valuadores deben tener la capacidad de poder distinguir esos procesos automatizables de su profesión, de la parte subjetiva que queda a su capacidad técnica, experiencia y criterio.

Así las cosas, considero que el valuador que desaparecerá, será el que se ha formado de manera empírica, que no tiene estudios profundos en la valuación y solo recaba datos de comparables para una vez homologados, aplicarlos al sujeto valuado. Ese perito, será fácilmente sustituible por la inteligencia artificial.

Por el contrario, el valuador que entiende que su profesión requiere un estudio profundo de principios y metodologías, sabrá utilizar la inteligencia artificial para tener mayor cantidad de datos, depurarlos de mejor manera, obteniendo elementos de comparación más fiables. Así el podrá en virtud de conocimientos de otras áreas auxiliares de la valuación aplicar su experiencia y criterio con mejores resultados para el usuario final de sus servicios.

FUERA DE LA CAJA

La industria de la valuación en México, específicamente en el campo de la vivienda, en lo relativo al crédito garantizado a la vivienda, tiene como desafío reflexionar sobre las nuevas tecnologías que se han comenzado a implementar en el sector inmobiliario para hacer más eficientes los procesos de este gremio, incluye los Modelos de Valuaciones Automáticas, AVM Automatized Valuation Model por sus siglas en ingles. Los AVM son modelos informáticos basados ​​en algoritmos matemáticos y estadísticos que, combinados con una extensa base de datos, permiten obtener el valor de una propiedad. La mayoría de las AVM se suelen realizar en función del presunto Valor de Mercado de los activos, aunque también se podría calcular el Valor de Alquiler.

El principal inconveniente es que, cuando no se realiza ninguna visita al inmueble u otras comprobaciones necesarias en el caso de valuaciones completas, los resultados pueden volverse menos fiables, ya que no se pueden tener en cuenta aspectos que solo pueden ser considerados por el técnico especialista. Es por ello por lo que no se recomienda el uso de AVM en el caso de propiedades únicas, que no están terminadas o en las que tienen alguna característica especial. Por lo que podemos afirmar que el AVM es solo una herramienta interna.

En varias ocasiones me han llamado algunos compañeros valuadores para preguntarme lo siguiente: ¿Qué vamos a hacer en relación con las aplicaciones que están surgiendo en el mercado? Especialmente en la valuación inmobiliaria, en la que les das la ubicación de una propiedad y te dan el valor comercial aproximado de la propiedad.

Mi respuesta siempre es, ¨no podemos hacer nada, no podemos empezar a intentar frenar el avance de la tecnología, eso es absurdo, lo que tenemos que hacer es analizar estas opciones para tener elementos de juicio¨.

Lo que sí tenemos que hacer es crear nuestras propias aplicaciones y certificar las bases de datos en la información que se coloca en ellas. Es el momento de evolucionar y superar los retos que se van presentando en nuestra profesión como valuadores. Nuestra profesión es multidisciplinaria y muy especializada, no hay nada que temer, pero hay mucho por hacer.

La tecnología definitivamente llegó para quedarse y nuestra obligación como valuadores es usarla a favor y no pelear con ella, debemos usarla como herramienta que nos permite ser más eficientes.

Lo que debemos tener en cuenta es cuidar las metodologías, algoritmos y fórmulas que se utilizan en este tipo de aplicaciones y servicios web, así como muy importante es saber quién certifica la base de datos que se carga en estos sistemas y sobre todo quién es el responsable de esta información y de las opiniones de valor que se generan utilizando estos métodos para saber cuán válida será, y así cumplir con algo que es primordial, generar certeza en el valor del patrimonio de las personas.

También es muy importante que se genere un marco regulatorio en torno a estas herramientas tecnológicas, ya que mientras estemos blindados en la parte legislativa, los valuadores no tenemos que preocuparse de si vamos a desaparecer o no, de lo que debemos ocuparnos es de evolucionar en todos los aspectos de nuestra actividad profesional. Es preciso renovar y asumir estas tecnologías. En este tiempo, nos enfrentamos a una explosión de aplicaciones enfocadas al sector inmobiliario y debemos aprender a trabajar con ellas siendo disruptivos y creando herramientas que hagan más eficientes los procesos de seguimiento, control y gestión de los avalúos y a medida de lo posible, sustituyan la necesidad de movilizarse para solicitar, agendar visitas de inspección, entregar documentación, realizar el pago correspondiente, e incluso tener la posibilidad de descargar el documento desde un dispositivo móvil.

Lo anterior es algo que algunos valuadores han comprendido y que por nuestra parte en Grupo Peña Porchas hemos evolucionado con la tecnología, y nos hemos dado a la tarea de estar a la vanguardia y poner el valor en manos de nuestros clientes a través de nuestra nueva app la cual marca una nueva era en la prestación de los servicios valuatorios que ofrecemos.

Una última reflexión les comparto la hipótesis evolutiva llamada Hipótesis de la Reina Roja. Este concepto es tomado de la novela de Lewis Carroll, Alicia a través del espejo, donde los habitantes del país de la Reina Roja deben correr lo más rápido que puedan, solo para permanecer donde están, pues el país se mueve con ellos.

Es decir: para un sistema que evoluciona, el mejorar de manera continua es necesario para mantenerse en concordancia con el entorno que también está evolucionando.

Esta hipótesis es totalmente aplicable a los valuadores. Debemos adaptarnos a la realidad y evolucionar, a fin de seguir manteniendo nuestro lugar de importancia en el comercio y no correr la misma suerte de los carteros… la muerte a manos de un robot.

Simplemente veamos el ejemplo del e-commerce y las cadenas de distribución y logística, como hemos señalado, solo era cuestión de evolucionar…

Sobre el debate en relación sobre si la valuación es una ciencia o es una técnica, dejaremos espacios para los siguientes artículos…

¨La tecnología no reemplazará a los valuadores, solo reemplazará a los valuadores que no se preparen, evolucionen y que no adopten la tecnología, lo mismo pasará con los asesores inmobiliarios¨.

Rodrigo Peña Porchas

rodrigo@penaporchas.com

  • Es Ingeniero Civil, cuenta con estudios de Maestría en Valuación Inmobiliaria e Industrial, Especialidad en Valuación Agropecuaria y Valuación de Negocios en Marcha.
  • Valuador Profesional Certificado por el Colegio de Valuadores Profesionales del Estado de Sonora, Universidad de Sonora y Secretaria de Educación y Cultura.
  • Certificación Internacional No. 4187 bajo los criterios de la Norma Internacional ISO/IEC 17024:2012 en Inmuebles Urbanos y Rurales por el Registro Nacional de Avaluadores de Colombia, R.N.A.
  • Director General de Grupo Peña Porchas, una empresa con más de 15 años de experiencia en la prestación de servicios de elaboración de avalúos.
  • Presidente Consejo Directivo 2014-2016 del Colegio de Valuadores Profesionales del Estado de Sonora, A.C. COVAPROES
  • Presidente Consejo Directivo Nacional 2018-2019 de la Federación de Colegios de Valuadores A.C., FECOVAL.
  • Director para México de la Unión Panamericana de Asociaciones de Valuación, UPAV. 2019-2020
  • Consejero Nacional de la organización Mujeres Lideres por la vivienda, MULIV.
  • Miembro del Consejo Directivo de la Federación Mexicana de Edificios y Condominios, FEME
  • Integrante del Comité de Elecciones 2020 del Consejo Directivo 2020 de AMPI Nacional
  • Miembro del Consejo INCIDE
  • Asociado de AMPI Sección Hermosillo
  • Presidente de la Comisión de Empresas de Valuación y Vivienda de CONCANACO
  • SPA Candidate del Royal Institution of Chartered Surveyors, RICS
  • Elegido ganador del premio “Valuador del Año 2019 en México” otorgado por Grupo en Concreto.
  • “Profesionista del Año 2018 en Sonora”,un reconocimiento que otorga el Gobierno del Estado de Sonora a través de la Secretaria de Educación y Cultura, Hermosillo, Sonora, diciembre de 2019.
  • En diciembre de 2019 le fue entregado en Viena, Austria, en la sede de la ONU, el grado de “Doctor Honoris Causa” y el reconocimiento como líder latinoamericano por parte de Global School for Social Leaders de la ONU.
  • Ha impartido conferencias en diversos foros de valuación y del sector inmobiliario en diversas ciudades del país, así como ha sido conferencista internacional países como Brasil, Cuba, Eslovenia, Rumania entre otras.