11 May Quemas de basura y maleza, una costumbre normalizada en Hermosillo
Para muchas personas como su servidor, es común salir por las mañanas y ver en el patio de la casa, encima del carro o en los marcos de las ventanas, delicados trozos de pasto o basura plástica ya carbonizada, algo que al tomarlo con las manos se desvanece en cenizas y que muy probablemente, provienen de alguna quema clandestina que tal vez arrasó con árboles y hábitats de animales ya adaptados a las orillas de la ciudad o en las áreas verdes o terreno baldíos del casco urbano.
Y esto, como ustedes lo habrán notado, es el pan de cada día en nuestra ciudad de Hermosillo, donde día con día se respira lo que en algún momento podría detonar un infarto al corazón, al cerebro o en general, alguna enfermedad respiratoria.
Esto sin lugar a dudas representa un grave problema de salud ambiental que ni siquiera se puede medir porque carecemos como municipio de seguimientos efectivos de estos casos, y también de una red de monitoreo de la calidad del aire que sea efectiva y suficiente, y claro, que cumpla con los estándares legales. Y no es que quiera estar de necio con este tema que tanto repito en medios, sino que simplemente esa es la desafortunada realidad en la que vivimos y que hemos escuchado incluso de las propias autoridades municipales
Pero en este problema de quemas y tiraderos clandestinos, no sólo pedimos el sancionar, sino también el prevenir, que de hecho, debería ser esta la base y no la alternativa o el último recurso como comúnmente se ve.
Me sentiría muy irresponsable si dejo esta redacción sin aclarar que gran parte de quienes llevan a cabo estas prácticas tan dañinas, no necesariamente son personas en situación de calle, drogadictas o en calidad de pobreza extrema como muchos podrían pensar; pues también se suman a estos problemas, algunos comerciantes, constructoras poco conocidas, o la misma ciudadanía de clase media o alta que va en sus propios vehículos a tirar a medio monte lo que se les antoje, tal como colchones, muebles, electrodomésticos, medicamentos, llantas, ropa, entre otras cosas.
Y la pregunta que surge es: ¿cómo solucionar esto?
Cualquiera que sea la solución debe partir lógicamente de un programa integral de prevención y estrategias de vigilancia y castigo, que operen de forma paralela con una coordinación entre las diferentes autoridades involucradas, tomando como base el marco jurídico actual y las estadísticas y reportes generados durante todo este tiempo. Pero el factor más influyente y poderoso aquí va ser siempre la voluntad, porque muchos de nosotros ya estamos haciendo lo que nos corresponde, pero los demás, es decir, los que cobran como servidores públicos ¿qué están haciendo?
Si, tenemos que reconocer que el problema no es fácil de solucionar, pero va ser menos fácil, si solo nos quedamos esperando a que pasen los 3 años de la administración municipal actual, para que vengan otros y vuelvan a repetir el ciclo con las mismas justificaciones de siempre, dejando como última excusa, que el tiempo no les alcanzó. Un clásico.
Esto no tiene mucho pierde, pues como decía (y no me cansaré de decir), es cuestión de que cada quien haga lo que le corresponde. Y si, si hay esperanza en que sociedad y gobierno trabajemos juntos más allá de mesas de trabajo parcializadas, y de esfuerzos únicamente para apaciguar a la ciudadanía activa. Creo que en cualquier momento esto puede trascender y dejar para las futuras generaciones un camino que seguir, donde el problema de la mala gestión de los residuos y la quema de los mismos incluida la maleza, sea un problema aislado, algo no tan frecuente ni tan normalizado como en estos días tan grises y para algunos, con una atmósfera hasta irrespirable.
Ing. Alejandro Hernández Ortíz
- Ingeniero Ambiental Industrial
- Presidente de la Asociación Sonorense para la Gestión Ambiental (ASGA MX)
- Experiencia en sistemas de seguridad, salud y medio ambiente en el sector industrial