21 Nov Astenia Otoñal.
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Dr. Raúl Martínez Mir
Llega el otoño y con el cambio de estación también llega el cambio en el estado de ánimo, lo que ha dado en llamarse Astenia Otoñal. Este término refiere a los cambios en el estado de ánimo, la alteración de los ritmos biológicos, y sentimientos y emociones como tristeza, apatía, decaimiento y dificultades para conciliar el sueño, síntomas muy similares a una depresión. La pregunta es obvia ¿por qué ocurre esto?
Hay varios aspectos a tener en cuenta para poder explicar estos efectos sobre el estado de ánimo. Estos no son excluyentes, sino complementarios entre sí, son explicaciones que desde distintas disciplinas intentan explicar este fenómeno. Comencemos por la explicación que se da desde un modelo bio-medico. Desde estos modelos se hace mucho hincapié en la influencia que la luz solar, y la oscuridad, tienen en la producción de serotonina y de melatonina. Para que el lector se sitúe rápidamente, para que nuestro cuerpo sintetice serotonina, hormona relacionada con el estado de ánimo, la felicidad, etc., necesita luz solar, por tanto, a más horas de luz solar, más serotonina, ergo mejor estado de ánimo. Por el contrario, para la producción de melatonina se precisa de oscuridad, esta hormona esta implicada fundamentalmente en la regulación del sueño, por eso sentimos decaimiento y sueño cuando baja la luz solar. Siendo muy reduccionista y simplista en nuestra explicación, podríamos argumentar que a más horas de luz, mejor estado de ánimo, menos horas de sol, más sueño.
Esta explicación biomédica es muy relevante, ya que no sólo explica el efecto del cambio de estación, sino también como nos sentimos a lo largo del día. Sin embargo, esta explicación por sí sola es insuficiente para comprender este fenómeno. Tenemos que completarla con un argumento desde un punto de vista conductual y emocional, lo que implicaría el aspecto psicológico.
Hay un aspecto básico en psicológica, actividad implica más actividad, y sobre todo si hablamos de actividades reforzantes (agradables) para el sujeto, que van a implicar, no sólo más actividad, sino además, un aumento en el estado de ánimo del individuo. Una de las explicaciones de la depresión, es que esta se debe a una reducción de las actividades reforzantes que hace el individuo, por lo que la reducción conductual que acompaña al cambio de estación, conlleva, además de los cambios en la producción de hormonas una reducción en la actividades agradables. Esta reducción es debida a varias cuestiones, en primer lugar la vuelta al trabajo que conlleva el final de las vacaciones de verano. Su efecto no es totalmente inmediato en el estado de ánimo, ya que todavía nos queda algo de agradable del verano, diríamos que se nos vas “gastando las pilas que recargamos en verano”. Otro cuestión relevante es que al tener menos horas de luz, normalmente dedicamos también menos tiempo a nuestras actividades sociales, y de ocio, sobre todo se encuentra una gran reducción de las actividades deportivas, que implican además una reducción de los niveles de dopamina que produce el cerebro, hormona que también esta implicada en nuestro estado de ánimo. Y una última cuestión a tener en cuenta es el cambio de temperatura, sobre todo en una ciudad como la nuestra donde estamos tan acostumbrados al calor, que en cuanto baja unos grados el termómetro, muchos citadinos ya están sacando las bufandas, los abrigos y los guantes, porque es frío es “insoportable” y optan por recluirse en su casa para evitar este.
Observamos por tanto, que unido al cambio neural que implican las horas de sol, se le une el cambio conductual que implica tener menos horas de sol, y el frío consecuente derivado también del cambio de estación.
¿Cómo prevenir la astenia otoñal?
Para evitar la astenia otoñal es básico mantener unos hábitos de vida saludables. La dieta ha de ser variada y equilibrada, rica en vitaminas, fibra y con las proteínas necesarias, pero sobre todo rica en triptófano. Este aminoácido es precursor de la serotonina, y vital para que nuestro cuerpo pueda producir esta. Lo encontramos en los alimentos verdes, en la carne magra, y en la leche, aunque si tiene alguna duda siempre puede consultar con su medico.
También es muy importante dormir bien, pero sin abusar. Como comentamos anteriormente la actividad genera más actividad, e igualmente la inactividad genera cansancio y más inactividad. Lo apropiado sería dormir entre 8 y 9 horas, dormir más tiempo no impediría aprovechar las horas de luz. Intento levantarse temprano y dormirse siempre a partir de una hora prudente, aprovechando al máximo las horas de sol. Estas horas tenemos que aprovecharlas para hacer nuestras labores y obligaciones, pero también actividades que sean agradables, y sobre todo aquellas que impliquen esta al aire libre, o que sean compartidas con personas allegadas a nuestro entorno social, de esta forma minimizamos la posibilidad de que nuestro estado de ánimo se venga abajo.
Dr. Raúl Martínez Mir
Consultor y docente en Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora
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