21 Jun ¿Demasiado tarde?
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Dr. Raúl Martínez Mir
Dice el refrán castellano “nunca es tarde si la dicha es buena”. En contra de lo que mucha gente piensa, la edad no es en sí misma un impedimento para la consecución de nuestros logros, la limitación es nuestra forma de pensar. Constantemente encontramos a personas que piensan que es demasiado tarde para estudiar, cambiar de trabajo, comenzar un proyecto, negocio, empresa, o incluso encontrar pareja, y un sinfín de temas. Si bien es cierto que hay ciertas limitaciones reales, por ejemplo, algunas universidades tienen un límite de edad para estudiar algunas carreras como medicina, pero eso no significa que todas lo tengan, o incluso la edad también puede ser un riesgo para ser embarazarse, pero no significa que no se pueda, o que no haya otras opciones para ser padres.
¿Dónde empiezan nuestras “limitaciones”? comienzan en nosotros mismos y en la sociedad en la que vivimos. Tenemos la idea de que hay un tiempo para cada cosa, pero eso no es del todo correcto. La mayoría de las personas realizan ciertas actividades a ciertas edades, el ejemplo más claro son los estudios, gran parte de la población siguen un patrón de estudios similar en tiempo concretos; primaria, secundaría, preparatoria y universitarios, sin embargo hay gente que realiza estos estudios en menos tiempo y gente que lo hace en más tiempo, depende de las características individuales de los sujetos y de sus necesidades. También pensamos, erróneamente que se necesita un título universitario para ser alguien de éxito, cuando tenemos ejemplos claros de personas de éxito que nunca terminaron la universidad. Nuestra forma de pensar es el inicio de nuestros propios limitantes.
Si bien es cierto que nuestro comportamiento, nuestras inquietudes e intereses cambian conforme nos hacemos más mayores, estos cambios no son debidos al tiempo ni a la edad, son debidos a nuestra situación personal, nuestros gustos y deseos, así como nuestros objetivos, nosotros somos los que decidimos irnos a dormir antes en lugar de seguir en la fiesta, somos los que decidimos tomar menos o no tomar, y un montón de cosas en las que la edad simplemente no influye, las decisiones las tomamos por las consecuencias que se derivan de nuestras acciones, y valoramos estas consecuencias y tomamos la decisión respecto a estas, nuestros intereses cambian.
Invito al lector a que haga el siguiente ejercicio, piense por un momento en las cosas que hacía antes que ha dejado de hacer, y valore porque ha dejado de hacerlas y las consecuencias que se derivaban de hacer estas acciones. Después de un rato se dará cuenta que la edad no aparece como una razón por la que dejamos de hacer las cosas.
Retomando el refrán con el que inicie, si usted tiene la dicha, el motivo, el interés, puede conseguir sus objetivos, sobre todo si es constante y le dedica tiempo y esfuerzo a su proyecto. El tiempo pasa, y pasa para todos por igual. Los minutos, las horas, meses y años, son sólo una invención humana para poder medir ciclos naturales, pero no determinan nuestra naturaleza, sólo son una forma de medir algo, como el metro, el litro, el kilo, y otras tantas medidas que no condicionan quienes somos o lo que queremos hacer.
Dr. Raúl Martínez Mir
Consultor y docente en Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora
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