21 Feb El estrés.
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Dr. Raúl Martínez Mir
Aunque muchos pensamos que no estamos estresados, realmente lo estamos mucho más de lo que creemos. Les explico brevemente; hay dos tipos de estrés, el distrés, también llamado estrés negativo, este es el que nos desborda y al que normalmente llamamos estrés, cuando alguien dice que no está estresado, es porque no tiene de este. Y el eutrés o estrés positivo, sobre el que me voy a centrar en esta ocasión, este segundo es mucho menos conocido y, si tuviéramos que llamarlo de una forma concreta, la más indicada quizás fuese sobrecarga. Podríamos argumentar que muchos dirían que no están estresados, pero sí sobrecargados, pues como pueden comprobar, la sobrecarga también es un tipo de estrés y, normalmente, del peor, pues aunque se le denomine positivo, realmente no tiene nada de positivo. El aspecto positivo y negativo refiere más a la capacidad que el individuo tiene de manejar la situación, si siente que lo desborda, que no tiene capacidad ni habilidades para enfrentarla hablamos del distrés. Por el contrario, si siente que puede con ello, que tiene capacidad y habilidades hablamos de eustrés.
Pero que ocurre actualmente, enfrentamos una situación curiosa socialmente. Muchas personas no tienen la capacidad, o inhiben esta en ocasiones, de decir no. Motivos hay muchos, porque esta mal visto, porque podrías perder una gran oportunidad, porque luego te deben un favor, por lo que quieran, acabamos realizando un sin fin de tareas y actividades, entre las nuestras, las de los demás, las que van encaminadas a estar más sanos (como ir al gimnasio), las que nos hacen más cultos (por ejemplo, estudiar otro idioma), etc., que no hacen otra cosa que sobrecargarnos más y más. Todas estas actividades tal vez nos ayuden más en nuestra vida social y laboral, pero la realidad es que mantenidas acaban dañando nuestra salud.
Me explicaré un poco mejor. Nuestro cuerpo es un sistema perfecto, esta diseñado para hacer todo lo que le exigimos y si le exigimos más, pues él se prepara para hacer frente a esta situación y si le exigimos el máximo, pues lo dará, la pregunta es ¿durante cuanto tiempo puede dar el máximo? Piense por un momento en lo que denominamos “el sprint final” con esto nos referimos a ese último gran esfuerzo antes de concluir, el problema es que no concluimos y seguimos “sprintando”. Aunque no lo crean, el cuerpo seguirá aguantando y se preparará para ello, va a comenzar a producir mayor cantidad de sustancias químicas dirigidas a guardar más para aguantar más, porque está programado para ello. Por tanto, cuanto más estrés tengamos, más almacenará mi cuerpo porque tendrá que aguantar más y si le doy menos, almacenará más todavía y sacará el máximo rendimiento a lo que tiene. Este es uno de los motivos por los que bajar de peso hoy día es mucho más difícil. Pero además, otro efecto a largo plazo de este estrés autoimpuesto tiene que ver con el efecto que esas sustancias químicas que genera el cuerpo, que están diseñadas para permanecer en el organismo un corto periodo de tiempo, producen a largo plazo. Estas son responsables en muchas ocasiones de gran parte de las enfermedades crónico degenerativas actuales, sobre todo de muchas de las enfermedades cardiovasculares.
Así que, sin importar como guste llamarle estrés/distrés o sobrecarga/eustrés, definitivamente, una sabia decisión sería comenzar a tener hábitos temporales sanos y con esto me refiero a aprender a manejar nuestro tiempo. Curiosamente el gran hábito que nunca aprendimos y el más necesario en el siglo XXI es el uso de una agenda de forma apropiada. Comencemos por lo imprescindible en el tiempo para mis hábitos sanos; el primero y más importante de todos es dormir, dedique en su agenda diaria un mínimo de 7 a 8 horas para dormir, de lo contrario estará estresando a su cuerpo. No sé a quién se le ocurrió esa frase de “dormir es un lujo que no me puedo permitir” pero definitivamente, alguien tendría que haberle explicado que dormir no es un lujo, sino una necesidad. Si puede hacer una siesta, de entre 30 a 45 minutos a medio día mejor, son muchos los estudios que hablan de los efectos positivos y reparadores de esta actividad tan latina. Organice sus comidas y dedique el tiempo necesario para prepararlas y disfrutarlas. Desayune, coma y cene de forma relajada y tranquila, intente dedicar como mínimo unos 30 minutos a cada una de estas actividades, sin saltarse ninguna y si puede dedique un pequeño tiempo después a la digestión. Sería muy indicado una colación (como llaman los nutriólogos) a media mañana y a media tarde.
Comencemos con estas, y tras organizar estas dos imprescindibles actividades en su agenda, puede comenzar a organizar el resto, no es recomendable quitar tiempo a estas actividades para hacer otras, porque estas son las que van a hacer que mi cuerpo tenga un mejor funcionamiento. Y como siempre, ante cualquier duda pregunte a un profesional cualificado.
Dr. Raúl Martínez Mir
Consultor y docente en Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora
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