La Experiencia Reporteril en Tiempos de Desastres - INCIDE
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16 Dic La Experiencia Reporteril en Tiempos de Desastres

Inicié en esta gran labor de escribir en medios de comunicación a la edad de 17 años, tan sólo cursaba el segundo año del bachiller. Mis pininos fueron en el periódico editado de manera semanal, LA VERSIÓN en mi pueblo Pichucalco, Chiapas; al norte del estado y vecinos de Tabasco. A manera de aprender y comprender sobre los géneros periodísticos de manera “express”, recibí como regalo el “Manual de Periodismo”, de Vicente Leñero y ,ese fue el génesis de lo que hasta hoy me sigue apasionando. El periodismo.

Siempre que comunicamos algo, estamos informando; pero no siempre que informamos, estamos comunicando. Informar es parte del proceso comunicativo. Y es que, aunque la información forme parte del proceso comunicativo, en muchos casos cuando nos limitamos exclusivamente a informar no logramos atraer la atención de la mayor parte de nuestros públicos-objetivo y, por tanto, no logramos seducirles, llamar su atención e influir en ellos, que es lo que busca una buena comunicación.

En 2007 en la zona norte del estado nos preparamos para recibir un fenómeno hidrometeorológico de alto impacto. Mi experiencia como reportero y en ese momento como encargado de la dirección de comunicación social, mi intuición me decía que debía preparar los avisos pertinentes para la población.

Desbordamiento del Río Pichucalco, Carretera Pichucalco – Teapa, Tabasco. Foto: Rafael  Velasco.

Elaborar mensajes para la radio, mensajes cortos e imágenes para las redes sociales y desde luego, elaborar un comunicado para hacerlos llegar casa por casa, al menos dentro del primer cuadro de la ciudad, y para aquellas familias que habitan en zonas cercanas a ríos o arroyos. Después de muchos años y al conocer los principios de la protección civil y de aquellas herramientas  que son de ayuda para detectar fenómenos hidrometeorológicos, hoy he aprendido que se llaman Sistemas de Alertas Tempranas (SAT).

Un sistema de alerta temprana es una medida de adaptación al cambio climático que utiliza sistemas de comunicación integrados con el fin de ayudar a las comunidades a prepararse para los peligros relacionados con el clima.

Aun en muchas partes del mundo, y en nuestro propio entorno, luchamos con factores de vulnerabilidad global como: la Vulnerabilidad Ideológica y Cultural. Ambas juegan un papel importante en nuestra sociedad, puesto que, a pesar de las previsiones y avisos del impacto de un fenómeno perturbador, nuestra sociedad aun no cree en los pronósticos y llaman hasta locos a quienes comunicamos la presencia de un desastre.

Me tocó caminar, perifonear y hasta tratar de convencer a familias para que tomaran las previsiones necesarias ante ese fenómeno que provocó el desbordamiento de los arroyos Chalatengo, El Cristo, El Mexiquito y las inundaciones de negocios y casas que lo perdieron todo en ese trágico 2007.

Para ese año, aunque ya estaba establecido el nombre correcto para comunicar riesgos, es importante y que todos quienes nos dedicamos a los medios de comunicación tengamos el conocimiento previo y responsable que conlleva esta tarea que, bien administrada, puede salvar miles de vidas en riesgos.

La comunicación del riesgo es una herramienta que contribuye a reducir el efecto de los desastres y debe tenerse en cuenta desde la ideación, planeación de políticas y estrategias; hasta el seguimiento y el control de las medidas tomadas.

Pichucalco de unos años a la fecha ha tomado cierta importancia, ya que, cada vez son mayores los fenómenos perturbadores que impactan su entorno, por ello es menester de todos aquellos “comunicadores”, que día a día tienen que desempeñarse con ética,  responsabilidad y credibilidad, es un imperativo aún mayor durante la cobertura de catástrofes o desastres originados por huracanes, terremotos o inundaciones que devastan amplias regiones y que alteran la vida de los habitantes que viven en zonas vulnerables.

Restrepo establece que en una catástrofe el periodista está para auxiliar con su información a la población, y define esto como el más apremiante criterio ético del momento. En función de los deberes éticos, el reportero debe comprender que está allí para prestar un servicio y para hacer un ejercicio de solidaridad, nunca motivado por el rating o el impulso a la circulación de su medio, señala el experto.

Los periodistas se ocupan de los sucesos y no tanto de los procesos, pero este enfoque debe cambiar ya que los  desastres se han hecho cada vez más frecuentes en la región y sus costos están creciendo.

Las lluvias provocadas en semanas anteriores en la zona norte de Chiapas, que afectaron a cuatro municipios y un sinnúmeros de viviendas, por las lluvias de la Tormenta Tropical “Karl”, generaron precipitaciones por más de 300 mm. que la Comisión Nacional del Agua registro en la comunidad de Nicolás Bravo, “El Janeiro”.

La reconstrucción para el estado y para la federación tendrá un costo superior al Billón de pesos, sí, el billón de pesos, y las autoridades municipales aún no trabajan en mejores proyectos de desarrollo urbano, o de ordenamiento territorial para saber hacia donde debe desarrollarse la ciudad.

Lo cierto es qué, debemos tener más y mejores comunicadores con sentido de responsabilidad, éticos y no comunicar riesgos con la finalidad de ganar seguidores.

Hasta los próximos comentarios…

Rafael Velasco Salas, (1976) es originario de Pichucalco, Chiapas. Cuenta con 29 años de experiencia en medios de comunicación, como reportero, columnista, locutor.  Actualmente es estudiante de la Licenciatura en Protección Civil en la Escuela Nacional de Protección Civil – Campus Chiapas-.

rvelasco_sala9@hotmail.com

  • Miembro fundador de la estación de radio XHPIC 102.1 F.M. en la ciudad de Pichucalco, Chiapas; del Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía del Gobierno del Estado de Chiapas. (2005).
  • Miembro fundador de la revista de opinión e investigación Zona Norte, en su ciudad natal. (2008).
  • Corresponsal Nacional en Chiapas de la Revista Ciencia y Desarrollo editada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) (2014-2015).