¿Preparados para Regular? Parte 2 - INCIDE
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24 Nov ¿Preparados para Regular? Parte 2

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Continuando con mi colaboración del mes de Agosto 2022, sobre la publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se titula: “¿Preparados para regular? Lecciones y desafíos de la regulación en América Latina y el Caribe”, ahora veremos la importancia de la implementación de las herramientas de mejora regulatoria en tiempos de crisis, específicamente por el coronavirus (COVID 19).

Es particularmente importante que los gobiernos cuenten con órganos de supervisión y coordinación regulatoria consolidados y dotados de recursos suficientes, los cuales desempeñarán un papel fundamental para garantizar que los hábitos en materia de mejora regulatoria no pierdan prioridad en tiempos de crisis.

Los gobiernos durante la pandemia se han enfrentado a un conjunto de opciones de políticas especialmente difíciles al elaborar estas reglamentaciones; por ejemplo, ¿qué tipos de restricciones deberían imponer los Estados al trabajo, el juego y la libertad de circulación? ¿Cuándo  deberían  abrirse  a  los  negocios? ¿Qué tan abiertos deberían estar y por cuánto tiempo? Las posibles consecuencias de cualquier decisión regulatoria (o no regulatoria) quizás son mucho más amplias que en épocas normales, con significativas repercusiones económicas y sociales.

La necesidad urgente de que los gobiernos desarrollen medidas de salud pública  dejó poco margen  para  que  se  lleven  a  cabo  amplias consultas con los interesados o se consideren otras alternativas regulatorias o no regulatorias en  el  proceso  de  elaboración  de  políticas. Además, la gran escasez de datos fiables sobre las tasas de infección y mortalidad, y las políticas urgentes aplicadas, obstaculizaron la recolección de información que es esencial para elaborar respuestas normativas eficaces. Esto ha limitado la capacidad de las formas más deliberativas de formulación de políticas, que implican el uso de herramientas y prácticas de mejora regulatoria, tales como los Análisis de Impacto Regulatorio (AIR) y la participación de los actores interesados.

Uno de los muchos aprendizajes que debemos tener en cuanta ante la futura presencia de esté u otros tipos de urgencias, es que por tratarse de regulaciones de emergencia, no significa que se deba dejar de lado el escrutinio de sus impactos y eficacia. Un sistema regulatorio bien diseñado puede adherirse a las recomendaciones sobre política regulatoria y gobernanza. Además, una vez superada la presión inmediata de la crisis, las regulaciones adoptadas mediante procedimientos acelerados pueden ser objeto de cuidadosas revisiones ex post o posteriores a la implementación (AIR Ex Post) con el fin de examinar su eficacia.

Resulta de vital importancia comprender las diversas formas en que los gobiernos de todo el mundo han utilizado las herramientas de gestión regulatoria, al establecer normativas mediante procedimientos de emergencia, y que las buenas prácticas regulatorias sigan integradas en las respuestas de políticas a los impactos futuros.

Herramientas y prácticas de Mejora Regulatoria:

El Análisis de Impacto Regulatorio (AIR Ex Ante), que se refiere al proceso de examinar críticamente las consecuencias de una serie de opciones para abordar diversas propuestas en materia de políticas públicas. Se trata de un apoyo esencial para la toma de decisiones, ya que contribuye a proporcionar información objetiva sobre los probables beneficios y costos de determinados enfoques regulatorios, así como a evaluar críticamente las alternativas. En México no hay que dejar de poner énfasis en la disminución de costos en el mismo acervo regulatorio del sector a regular, por el mismo monto al que equivalen los costos de la nueva acción regulatoria.

La Consulta Pública, se refiere a informar y obtener información de los ciudadanos y otras partes afectadas, de modo que las propuestas regulatorias puedan mejorarse y ser ampliamente aceptadas por la sociedad. En un momento de desconfianza general hacia los gobiernos, es imperativo que la consulta con los interesados constituya una vía significativa para que los afectados puedan ayudar a configurar las regulaciones de manera que se maximice el bienestar general. En Sonora es importante no perder de vista el Comité de Expertos Ciudadanos, el cual representa una consulta más focalizada con expertos en la materia de la propuesta regulatoria, además ellos representan la opinión ciudadana y legitiman las recomendaciones de la autoridad de mejora regulatoria.

El Análisis de Impacto Regulatorio ex post (AIR Ex Post), implica una valoración de las regulaciones a fin de comprobar si, de hecho, han alcanzado sus objetivos, y la forma en que pueden seguir siendo aptos para su propósito. El acervo regulatorio es amplio en todos los países y suele acumularse a lo largo de muchos años, mientras que con frecuencia se presta escasa atención a las propuestas de regulación una vez que se han convertido en leyes. Para Sonora, en el marco normativo en materia de mejora regulatoria, se establece que en el caso de regulaciones de alto impacto se debe realizar un AIR Ex Post cada dos años.

Desafíos futuros para la gestión regulatoria

Es fundamental que la próxima fase no ofrezca a las administraciones la posibilidad de pasar a elaborar “legislación sin evidencia” y que se aprovechen las oportunidades para reunir datos y evaluar la eficacia de las distintas respuestas a las crisis, lo cual, a su vez, servirá de base para la respuesta a crisis futuras.

Las herramientas de gestión regulatoria deberán encarar una serie de desafíos por venir, que siguen formando parte del proceso de formulación de políticas, desafíos que las administraciones tendrán que abordar:

Las tecnologías digitales, impulsadas por la inteligencia artificial y los Big Data, brindan oportunidades para superar el reto en materia de información que enfrentan los gobiernos y aumentar la capacidad de regulación.

Garantizar que en situaciones de crisis, que las disposiciones de emergencia se sometan a alguna forma de análisis ex post; para esto se tendría que incorporar más flexibilidad para eximir o exigir un AIR menos detallado en esas situaciones.

 Considerar  la  forma  en  que  su  enfoque de entrega de regulaciones (por ejemplo, permisos y aprobaciones, inspecciones y aplicación de la ley) afectará a su capacidad para responder a futuras situaciones de crisis.

Deberán dotar de flexibilidad sus políticas de participación por parte de  los  interesados,  para  que,  en  futuras situaciones  de  crisis,  puedan  hacer  que dicha participación sea selectiva y reunir información crucial.

Identificación de instrumentos analíticos adecuados para ayudar a los encargados de la formulación de políticas a evaluar esas ventajas y desventajas de las respuestas regulatorias a la pandemia o crisis.

Calibrar sus bases de evidencia sobre las cifras de los impactos en las empresas, para garantizar que los pasos cruciales del proceso de AIR, entre ellos la definición del problema, puedan llevarse a cabo con éxito en el futuro.

Incorporar conceptos como el pensamiento sistémico y la resiliencia en la formulación de políticas, de modo de preparar a los sistemas socioeconómicos para futuros impactos sistémicos (por ejemplo, el cambio climático).

Será indispensable contar con órganos de supervisión y coordinación regulatorias sólidos y dotados de recursos suficientes, los cuales desempeñarán un papel fundamental para garantizar que los mejores hábitos de regulación no dejen de ser prioridad accidentalmente como consecuencia de las medidas que se hayan adoptado sin AIR durante la crisis.

Considerar cómo ejemplificar las respuestas del comportamiento humano en sus procesos de políticas y procurar usar aún más las herramientas de comprensión del comportamiento para entender cabalmente cómo reaccionará la sociedad a los cambios legislativos, y alejarse de los supuestos tradicionales sobre el comportamiento humano utilizados en el análisis económico.

Trabajar de manera colectiva en todos los frentes de políticas para complementar las acciones a nivel nacional y hacer frente a los problemas transfronterizos a corto y largo plazo.

Contar con instrumentos de gestión regulatoria en particular para evitar que los gobiernos “se apresuren a regular” y ayudarles a elegir entre enfoques reglamentarios y alternativos para promover la innovación digital y, al mismo tiempo, mitigar los riesgos.

Ya para finalizar quisiera reflexionar si en Sonora estamos listos para regular con las herramientas de mejora regulatoria que contempla nuestro marco normativo en la materia. El cual cuanta con todos los instrumentos del Sistema Nacional de Gobernanza que establece la Ley General de Mejora Regulatoria, mas las calculadora de impacto regulatorio y el comité de expertos ciudadanos. La respuesta será favorable, si y solo si, las áreas de mejora regulatoria (Comisiones de Mejora Regulatoria) de los poderes locales estén creadas, bien dotas en recursos, empoderadas en el proceso de la elaboración o reforma de Propuestas Regulatorias y con sus capacidades técnicas bien desarrolladas para seguir al pie de la letra el funcionamiento del Sistema Estatal de Mejora Regulatoria: Agenda Regulatoria, AIR Ex Ante y Ex Post, Calculadora de Impacto Regulatorio, Comité Ciudadano Instalado, elaboración de dictámenes a los AIR para que continúen en el proceso de publicación las Propuestas, darle seguimiento a sus recomendaciones, revisar y rediseñar regulaciones que obstaculicen el buen funcionamiento de la actividad económica, sin menos cabo del objetivo de la regulación que se trate.

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