Exceso de información y poca participación - INCIDE
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26 May Exceso de información y poca participación

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Dicen que información es poder, dicen que quien posee la información se anticipa al futuro, pero para llegar a ese lugar en el tiempo, primero hay que caminar hacia él.

Particularmente hemos vivido unos años de enorme contacto con tan ingente cantidad de datos que se ha vuelto muy complicada su clasificación y análisis. De poco sirve a la persona común que abunde tanta información de prácticamente cualquier tema, si de ello tenemos poca capacidad o preparación para entenderla y más aún, para usarla a favor. Simultáneamente y para procesar los datos, como sociedad hemos desarrollado todo tipo de programas informáticos que avanzan hacia la inteligencia artificial y que sirven precisamente, para clasificar y conocer el mundo y sus principios y, usarlos en consecuencia. Nos son afines algunas palabras como “algoritmo” y, como usarlo en las redes, una vez conocidas las ventajas que emanan de esa programación informática para “subir” contenido en las diferentes plataformas sociales.

Pero eso de qué te sirve a ti, que no “subes” contenidos, si por contrario eres consumidor nato y vives ensimismado dentro de esos materiales y te parecen eternos aquellos que duran más de 10 segundos, donde dar medio minuto de tu tiempo es un privilegio y mantener interés un minuto es, tal vez porque ese material te es afín. La cantidad de información que queremos absorber ya no nos permite concedernos cuatro minutos para ver un video que, antaño, en otras plataformas eran obligación y referente para conocer los diferentes puntos de vista de un problema o un conflicto. Un lapso mayor, por ejemplo 10 minutos, para ver un solo contenido, es casi indolente de tu parte, porque podrías estarte perdiendo otros 20 videos; así es este mundo que circula a una velocidad nunca antes conocida.

Así que, como personas, por las interacciones superficiales en redes hoy no solo nos creemos, sino que nos decimos expertos en lo que sea; tomamos un medio digital y por el simple hecho de conectarnos a éste, asumimos que ya estamos participando activamente de lo que aqueja al mundo. Así, que cuando nos enlazamos a interacción en vivo y en tiempo real (en algunos canales que han llegado a sumar un ciento de miles de personas) para escuchar de política, de deportes, de economía, de salud, de la guerra, nos sentimos parte de la problemática y de las soluciones.

Así que el día de hoy, este es el peligro que cometemos o corremos quienes de alguna manera intentamos traducir e interpretar el mundo a nuestro alrededor, en conceptos que nos sean sencillos, asequibles, mundanos por lo tanto. Nos limita lo escaso de sustancia de los datos fiables y útiles a los que hemos accesado a través del alcance de nuestros contactos (amigos les dirán otros) que hemos logrado en las redes sociales, pues no necesariamente nos damos la oportunidad de entender y conocer de otras opiniones que podrían estar mucho más preparadas; como seres gregarios hemos encontrado un nuevo espacio en el mundo digital con quienes no son afines.

Pero si en nuestro pensar creemos que contamos con opiniones válidas y de manera firme incluso las defendemos, cuidemos que lo nuestro no sea la presunción humana, incluso vanidosa, de qué podemos interpretar el entramado de nuestro mundo y predecir su futuro, porque entonces seguramente cometeremos el error ególatra de creer que realmente lo estamos incidiendo. Incidir en el mundo es actuar, involucra participación, supone intervenir en el presente, para construir lo venidero.

De esto trata el pensamiento resiliente, de actuar. Porque el propósito, convertido en acción conlleva modelar nuestro entorno bajo una participación que no se limite a verbalizar y adentrarnos en la inacción digital; no ser como el borracho qué se la lleva hablando de sus imaginarios porque ciertamente no le existen y no puede alterarlos.

Por otra parte, debemos reconocer que la inmensa interacción digital propicia interés, pero no necesariamente acción; accionar es incidir, movernos hacia el futuro es una actitud consciente que inicia con nuestro pensar ligado a nuestro hacer. En parte el futuro ya está aquí y nuestro presente es la suma de eventos que ya nos han alcanzado respecto de nuestras acciones del pasado; al mismo tiempo estamos propiciando aceleradamente cambios a nuestro planeta y a nuestra sociedad y las más de las veces, deberíamos culparnos de nuestra falta de acción o bien, que nuestros actos son ciertamente indolentes por la carencia de participación.

Yo mismo me cuestiono respecto de si al brindar mis opiniones en estos medios digitales, realmente propicio un efecto disparador o precursor en tu ánimo cuando me lees; incluso en ocasiones creo que estos contenidos por los que posas tus ojos podría ser una acción equivalente a intentar derribar un árbol con sólo el aliento; por eso mis participaciones activas si van adjuntas a mí decir. Quiero encontrar mecanismos que propicien futuros mejores y que sean resultante de mi experiencia previa y, estando inmerso en la economía financiera, especialmente la de Seguros, imagino invariablemente escenarios donde esos mañanas se asocian a la previsión.

Así que, deseo incentivar la previsión y sea conocido que esta puede venir en muchas formas, como el ahorro para el retiro, que puede venir en la forma de traspasar riesgos a entidades mucho más solventes y organizadas como los Seguros, que quedármelos contra mi propio perjuicio. Pero estos mundos idílicos son esfuerzo fútil si no se atienden primero las necesidades más urgentes de salud, educación, cultura, y acceso a una alimentación mínima para todas las personas. No se puede planear una continuidad social, si no están resueltos los obstáculos mínimos que permiten una expansión del pensamiento de previsión, para así visualizar y construir el futuro, si no está siquiera medianamente satisfecho el presente.

Nuestro presente por supuesto que es resultado de nuestras decisiones pasadas, así que, si en el futuro queremos tener un mejor presente, se inicia desde hoy con actos concretos, actuando en el mundo real y dejando un poco más de lado las intervenciones limitadas que brinda el mundo digital, que probablemente sólo sean un distractor, en lugar de un mecanismo de verdadera participación social.

Busca un propósito social, hazlo tuyo y participa para cambiar el mundo.

Carlos Zamudio Sosa

Claims Manager

México Claims and Risk Management SC

Desde 2005 brinda servicios de consultoría “Risk Management” externo con atención a Asegurados en preparación para Inspección de Riesgo, análisis de contratos y control de sus licitaciones; asesor para acreditación de daño físico y consecuencial por siniestro por acompañamiento, asesoría y defensa técnica y jurídica por reclamos asegurados o afianzados.

Ha acreditado diversos cursos en diversas materias afines al Riesgo y la valuación del Daño Material, incluyendo terminar estudios de nivel
Maestría de Daños y Ajustes. Ha co-impartido 6 Diplomados en temas selectos de Gestión del Riesgo y Seguridad Industrial y acreditado ante la STPS.

Expositor invitado en Seminarios y Talleres y otros programas de desarrollo personal en seguros y colaborador para medios impresos y electrónicos especializados en Seguros y Fianzas.