19 Jul Herramientas para la eficiencia y la sostenibilidad empresarial y la generación de nuevos empleos.
Si bien es cierto, las empresas han abordado de forma proactiva, la misión de la administración de la incertidumbre de los escenarios reales y posibles, y con gran esfuerzo y valentía han implementado acciones para adaptarse a los constantes cambios, causados por los cambios en los patrones de consumo durante las décadas recientes, ante el surgimiento de nuevos paradigmas, conciencia ambiental y la responsabilidad social. Y que hoy, se ven contrastados con nuevas necesidades de los consumidores, ante los hábitos que se proponen para la bioseguridad de las personas, generando el consumo de bienes y servicios que garanticen condiciones apropiadas para la continuidad del negocio de las empresas, y la vida cotidiana de las personas en general.
De esta forma, algunas corrientes anuncian con un tono triste, el retroceso en algunos puntos de la agenda ambiental, cumbres que se asumían escaladas y vencidas, como los artículos de consumo masivo elaborado con derivados de combustibles fósiles, como los utensilios plásticos de un solo uso (popotes, platos, vasos, guantes, entre otros). Pero, con tono fuerte se levantan las voces de que el fin justifica los medios, y ante, la urgente necesidad de protección de trabajadores en las diferentes industrias productivas y de servicios, no hay más remedio que el usar y desechar productos plásticos, para cumplir con los protocolos de protección de la ciudadanía.
Por lo anterior, parece nos encontramos en un punto mágico en el cual, podemos reinventarnos, crear soluciones innovadoras aún y cuando, estamos todos de acuerdo en la necesidad de usar y desechar todo lo que conviene a fin de proteger la vida humana. Así, tenemos una oportunidad única de hacer las cosas desde cero y bien.
Todas y todos estamos conscientes del crecimiento de la población mundial, cuyo incremento, los latinoamericanos tenemos una importante contribución, y que este incremento de personas, además, está concentrado en las ciudades. Convirtiéndose las urbes, en las responsables de la generación de volúmenes inmensos de residuos sólidos que, sin duda, generan presión en los ecosistemas terrestres y los ecosistemas marino-costeros. Esto, con el efecto negativo en el ambiente tanto, para la biodiversidad del planeta como, en la salud de las personas. Que compromete en ambos casos la continuidad del negocio, afectando negativamente a la empresa.
Para tener una dimensión de la problemática, Mario Polése, economista y urbanista del Centro de Investigación Urbana, de la Universidad de Québec de Canadá, menciona que el aumento de la población fue impresionante sobre todo a partir del 1900, pasando de 1.600 millones a seis mil millones a finales del siglo XX. Y sostiene que es principalmente imputable a la disminución de la tasa de mortalidad infantil, al aumento de la longevidad y sobre todo del progreso tecnológico que marcó el desarrollo de la agricultura, el de la infraestructura sanitaria y de los cuidados médicos. Como ejemplo, en los países de Europa Occidental, la esperanza de vida pasó de 47 años en 1900 a 73 en la década de los noventa.
Como nuestro propósito es continuar mejorando la calidad de vida, la solución pasa por repensar sobre los hábitos de consumo de una población de tan amplia dimensión e impacto. Y la empresa tiene la capacidad de educar al consumidor y ofrecer bienes y servicios con base en una producción sostenible. Para esto, la herramienta ACV, Análisis de Ciclo de Vida evalúa el ciclo de vida completo de un producto, proceso o actividad, desde extracción y procesado de materias primas, la producción, el transporte y la distribución. Considerando, el uso, el mantenimiento, la reutilización de todo o de algunas de sus partes en otros propósitos, el reciclado y la disposición responsable de los residuos sin capacidad de reciclaje en vertedero al final de su vida útil. Permite el cálculo de más de 30 huellas como, la huella hídrica y de agua, la huella de carbono, ecodiseño, entre otras. Estas son herramientas fundamentales para la implementación de la economía circular, que a su protege el ambientales y promueve nuevas fuentes de empleo.
Desde 1976, el arquitecto y economista Walter Stahel esbozó en su informe de investigación para la Comisión Europea la visión de una economía circular y su impacto en la creación de empleo, competitividad económica, ahorro de recursos y prevención de residuos. De tal manera, que la invitación es para que las empresas abracen la innovación y los modelos de producción que se plantea como Objetivo de Desarrollo Sostenible-ODS 12, cuya contribución es doble al sumar al logro del ODS 8: Empleo decente y crecimiento económico de las personas. Consecuente al lema del acuerdo global suscrito por México, Costa Rica y muchos otros países de nuestra región: Agenda 2030 para transformar nuestro mundo y no dejar a nadie atrás.
Dra. Beverly Hernández Castro
Consultora internacional en Desarrollo sostenible y Gestión de proyectos
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