Capacitación en línea, ¿novedad, salvavidas, ventaja o desperdicio? - INCIDE
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26 Oct Capacitación en línea, ¿novedad, salvavidas, ventaja o desperdicio?

El desarrollo tecnológico permite que recibamos y ofrezcamos cursos profesionales a través de internet. ¿Es ello una ventaja, una moda o la única alternativa ante el confinamiento provocado por la pandemia? En caso de ser una alternativa favorable que se quede como la primera alternativa de capacitación, ¿en qué debemos basarnos para decidir si una de esas ofertas es conveniente?, ¿cómo elegirla?, ¿cómo distinguir entre un buen servicio de capacitación en línea y uno deficiente?, ¿cuál es el tipo de eventos, que al menos hasta ahora, debemos realizar únicamente de manera presencial?

Algo que debemos aceptar es que la capacitación en línea era una realidad desde antes de la pandemia, sólo que un porcentaje muy bajo de empresarios y de personal de Recursos Humanos, la privilegiaba sobre los entrenamiento presenciales. Al parecer, a partir de los sucesos del 2020, se posicionó como la única alternativa, en especial por el hecho de que la mayoría de las empresas enviaron a sus colaboradores a trabajar desde sus casas.

Así, quienes estaban reacios a utilizarla la probaron y se dieron cuenta que les provee ciertos resultados. La demanda de estos servicios y la necesidad de los proveedores de los mismos de mejorar su impacto, provocó que surgieran nuevas herramientas para ello. Esto ha incrementado, al menos el atractivo y las opciones didáctica de las sesiones en línea.   Esta ola de capacitación a distancia ya no se detendrá; por el contrario, aumentará y profesionalizará cada vez más sus metodologías para brindar mejores resultados a los estudiantes. Sin embargo, ante la gran facilidad que ofrecen las tecnologías, abundan propuestas mediocres que no cumplen con el objetivo central de la capacitación; esto es, desarrollar habilidades y competencias específicas en los participantes.

He tomado entrenamientos por internet desde que se empezaron a ofrecer más de una década y media. Como consumidor he tenido buenas experiencias y también desilusiones tanto en cuanto a la forma como al fondo. Tengo más de diez años utilizando la tecnología en línea para impartir sesiones de coaching, clases de maestría, cursos, seminarios en línea, “webinars”, consultoría y entrenamientos auto ejecutables desde la nube. Con base en ello me atrevo a hacer los siguientes comentarios y sugerencias.

Ventajas de la capacitación en línea.

Las ventajas de este tipo de formación la hacen muy atractiva para los financieros de las compañías, ya que suelen reducir los costos de manera considerable. Una de las razones de esta disminución se debe a que los proveedores de estos servicios, al ofrecerlos por internet, y ante posibilidades de venta a un mercado inmenso, apuestan a utilidades por volumen. Por otra parte, en los entrenamientos presenciales, suele requerirse movilizar personas al salón del evento; quizás rentar el lugar y pagar hospedajes y alimentos de algunos participantes. En cuanto a los instructores, en los eventos presenciales, cobran honorarios más altos debido al tiempo que invierten en impartir el entrenamiento y trasladarse al lugar de la sesión y su regreso a casa; la cual, muchas veces, está a distancia y costo de un boleto de avión.

Otra ventaja es que debido a que la información está en la nube, se tiene acceso a exposiciones de eminencias y especialistas de renombre a un precio mucho menor que si les escucharan en persona. Un beneficio más, en el caso de los cursos de plataforma, es que pueden tomarlos una sola persona o varias y cada quien a su ritmo, horario y desde donde deseen mientras tengan conexión a internet. Incluso, debido a las descargas de archivos, se puede estudiar sin dicha conexión.

Desventajas de la capacitación en línea.

Ahora veamos la otra cara de la moneda. Con el diluvio de información disponible en internet, existe gran cantidad de información irrelevante, poco realista e incluso falsa. Una persona entusiasta, inocente, o incluso malintencionada, puede ofrecer contenidos sobre los que no es competente o no tiene experiencia, exponiendo lo que leyó en algún libro y enfocándose más en la estrategia de mercadotecnia que en el beneficio real para el alumno. Otro de los inconvenientes es que muchas de las alternativas ofrecen un formato demasiado dependiente de la voluntad del alumno para tomar el curso con rigor. En otras palabras, le apuestan a la actitud autodidacta de los participantes y, lamentablemente, al menos en América Latina, no es una virtud por la que destaquemos. Esto provoca mucha deserción, cursos incompletos, tareas no realizadas, lecturas y videos ignorados y por supuesto resultados bajos o nulos.

Un punto más en contra es el riesgo latente, y en muchos alumnos la pésima costumbre, de atender otras actividades mientras simulan tomar el curso. He tenido la mala experiencia de, mientras imparto una clase de maestría en línea o un curso, ver cómo algunos alumnos hablan por teléfono; abandonan el lugar temporalmente; trabajan en otra actividad en sus ordenadores, etc. Por supuesto que esto afectará sus calificaciones, pero a fin de cuentas lo que buscamos es que haya aprendizaje, no cumplimiento de horas frente a la pantalla. Otro tema, que seguramente se irá corrigiendo conforme mejoran los servicios de internet, es la calidad de la conexión a la red, la cual es fundamental para tener una sesión fluida y con calidad, especialmente ante los archivos y transmisiones de video. Finalmente, un inconveniente que también aplica, aunque también sucede en lo presencial, es que en ocasiones los contenidos de los cursos no cubren las necesidades específicas de la empresa, dejando áreas o competencias desatendidas.

¿Cómo elegir una buena opción de aprendizaje en línea?

La idea para escoger una alternativa conveniente en línea es asegurar cuáles de los retos o deficiencias anteriores, cubre o soluciona el proveedor del entrenamiento. Para ello sugiero revisar lo siguiente:

  1. Define de forma clara y específica qué deseas lograr al tomar esa capacitación o al contratarla para tus colaboradores. Conocer de manera específica qué quieres facilitará evaluar las opciones y realizar preguntas al respecto a quiénes ofrecen los cursos.
  2. Asegúrate que puedes tratar con una persona. Esto es que puedas hablar con alguien para aclarar dudas y obtener información más detallada. Esto puede ser por medio de correo electrónico, chat de servicio en línea, pero resulta ideal por teléfono.
  3. Resuelve todas las dudas que tengas. Pregunta todo lo que quieras saber, ya sea sobre el procedimiento, cobros, alternativas de pago, los instructores, la metodología usada, opciones de seguimiento, experiencia en la educación a distancia, referencias de clientes y por supuesto, sobre los contenidos, si el curso cubre los objetivos que deseas alcanzar y el respaldo en cuanto a metodología y tecnología que tienen para afirmarlo.
  4. Revisa e investiga sobre el nivel de experiencia y competencia del instructor, así como la reputación que tiene la institución. Esto lo puedes verificar en los comentarios que suelen aparecer en la página del proveedor, pero es conveniente solicitar información sobre otras empresas o personas que han tomado cursos con ellos y contactarles. Pregunta en tus redes sociales si alguien ha participado en sus entrenamientos y qué opinan.
  5. Indaga si se ofrece algún sistema de seguimiento que favorezca la aplicación de los conceptos tratados en el curso. Este es un punto importante, ya que el seguimiento, y en especial el personalizado, incrementa de manera notable el aprovechamiento del entrenamiento y la aplicación de los conceptos y herramientas vistos en el mismo.
  6. Verifica o solicita que dentro de la flexibilidad del manejo de tiempos para llevar el curso, ofrecen tiempos límites. Al ser así se aumentan las posibilidades de que los participantes concluyan el mismo, o al menos se dilaten menos en hacerlo y no lo estén postergando indefinidamente. Esto también lo puedes supervisar internamente, pero si el proveedor lo hacer por ti, te quitará un trabajo extra y además contarás con el juicio de un tercero ajeno a la compañía, evitándote conflictos con los participantes.
  7. Pregunta si manejan algún reporte de salida. Una ventaja que pocos ofrecen y que incrementa el valor de un curso, en especial cuando es contratado por una empresa para sus colaboradores, es que al final del mismo, además de la constancia de participación, emitan al contratante (la empresa) un reporte de cada estudiante con los resultados, aplicaciones, cumplimientos y las competencias o conocimientos adquiridos y comprobados.
  8. Condiciona a los participantes a compartir lo aprendido. Si el proveedor no ofrece los servicios de seguimiento y reportes, la opción es que la empresa contratante exija a los asistentes que reporten su avance a lo largo del curso y al finalizarlo enseñen a otros lo que aprendieron. Sugiero estas acciones incluso cuando la empresa educativa da seguimiento y entrega reportes. Quien va a tener que enseñar, pone más atención cuando aprende.
  9. Pregunta a los proveedores si cuentan con la alternativa de ofrecer un curso con contenidos diseñados en específico para tu empresa. Esto permite recibir información y herramientas que les ayuden a resolver los retos y necesidades específicas que afrontan. Tal vez hasta puedan producir un curso exclusivo para ustedes, ya sea en vivo a distancia o para su plataforma.

Respecto a los eventos de formación en vivo y con la gente y el instructor o expositor presente, considero que seguirán utilizándose, sin embargo en menor volumen que antes de la aceptación de los servicios de enseñanza y motivación en línea. Lo presencial continuará para cubrir necesidades difíciles de satisfacer en línea, en especial cuando se trata de resolver retos específicos entre equipos de trabajo. Por supuesto que cuando lo que buscamos es incrementar el nivel de integración y soporte entre colaboradores, lo ideal sigue siendo realizar un evento donde físicamente se encuentren, charlen, convivan y trabajen juntos. Además, en cuanto al dominio de operaciones técnicas, es indispensable practicar con el equipo sobre el que se desea aprender.

Tengo la seguridad que quienes somos proveedores de las alternativas virtuales de capacitación mejoraremos cada vez más las herramientas y formatos didácticos para hacerlas más efectivas. A pesar de los avances que se han logrado, apenas vivimos los inicios de la revolución educativa en línea; sin embargo, la relación entre el costo y el beneficio, cuidando los aspectos que mencioné, me parece muy conveniente para nuestra formación y la de nuestros colaboradores.

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