Las “epidemias” que vienen tras el COVID - INCIDE
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21 May Las “epidemias” que vienen tras el COVID

La situación actual no es muy alentadora, la mayoría de nosotros, así quiero pensar, haciendo caso a las recomendaciones gubernamentales que se han replicado a lo largo de medio mundo, hemos permanecido en nuestras casas en confinamiento preventivo para evitar la expansión de este nuevo virus, y así reducir el número de enfermos al máximo, intentando evitar el colapso de los centros de salud. No voy a entrar en debates al respecto, y tampoco se asuste el lector, ya que el presente pretende centrar su atención sobre los fenómenos psicológicos que tras esta pandemia nos va a tocar vivir.

            En Wu-Han, lugar de inicio de esta pandemia, se pudo observar que tras diez semanas de confinamiento, al comenzar a restablecerse, poco a poco, el funcionamiento de la ciudad, las solicitudes de divorcio se multiplicaron. Podríamos decir que esto era algo esperable, ya que normalmente observamos que cuando concluyen los periodos vacacionales, donde las parejas pasan mas tiempo juntas, aumentan las demandas de divorcio y las terapias de pareja. Por tanto podemos argumentar, casi sin temor a equivocarnos, que hemos de esperar un aumento en solicitudes de terapias de pareja y de solicitudes de divorcio, también en nuestro estado.

            Pero me gustaría ir algo más allá del corto plazo tras el levantamiento del confinamiento voluntario. La expectativa que cómo profesional de la salud más me preocupa, y sobre la que quiero llamar la atención al lector, es la que refiere al estado de ánimo y la depresión. Hemos visto que con la depresión se relaciona el acceso a reforzadores positivos (cosas agradables) y las redes sociales. Hemos visto como la economía de muchas personas se ha visto afectada derivada de esta situación, por lo que habremos de esperar que el acceso a productos innecesarios se vea reducido, dándole prioridad al ahorro y a los productos de primera necesidad. Hemos de esperar que este aspecto tenga un impacto directo en el estado de ánimo de las personas, que además, no podrán, en un principio, tener acceso a actividades de ocio o incluso deportivas, ya que muchas de estas seguirán estando “cerradas” para evitar repuntes de la pandemia.

            Todavía podemos buscar un impacto más a largo plazo, ya que derivado de esta situación, muchas empresas que iniciaron el teletrabajo por necesidad, se están planteando seriamente seguir con él, ya que le conlleva una considerable reducción de costos. Lo que en principio pareciese una buena idea, que ya hemos probado algunos, esto de trabajar desde casa está muy cómodo, a largo plazo implica de entrada un mayor gasto en electricidad, internet y agua, aspectos que absorbía anteriormente la empresa. Un incremento en el número de discusiones de la pareja, ya que están más tiempo juntos en la casa. E indirectamente una reducción en las redes sociales, ya que estas se fomentan en una gran medida en el lugar de trabajo.

            En definitiva, la realidad es que el mundo que conocíamos ha cambiado, creo que claramente ya no podemos decir que “esta cambiando”. Estos cambios a los que nos habremos de adaptar de una u otra forma, conllevaron una serie de consecuencias positivas y negativas en todos los casos. Si deseamos estar preparados para ellos, tanto individuos, sociedad, pero sobre todo gobiernos, tienen que tener una visión clara sobre el impacto que todos estos aspectos van a tener sobre los individuos, y hemos de comenzar a tomar acciones claras que nos ayuden a adaptarnos a ellos de la forma menos traumática posible, evitando así los efectos del estrés que conlleva toda esta nueva situación.             Se preguntará el lector “y yo ¿qué puedo hacer?”. En primer lugar es ser consciente de la situación personal que vive cada uno. Una vez se levante este confinamiento hemos de retomar poco a poco esta nueva situación, e ir adaptándonos a ella. Las recomendaciones básicas siguen siendo muy importantes, mantener horarios, alimentarse, hacer ejercicio, etc., pero también es importante disfrutar de las pequeñas cosas que nos gustan, desde tomar una ducha tranquila, un café, charlar con amigos, y aunque las reuniones sociales y actividades deportivas grupales van a seguir temporalmente limitadas, es recomendable seguir en contacto con ellos a través de las nuevas tecnologías. Si finalmente, los problemas o la depresión lo supera busque ayuda profesional

 Dr. Raúl Martínez Mir

Consultor y docente en Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora


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